La intención es evaluar el clúster, los cuellos de botella y los retos para que los diferentes actores definan estrategias, explicó Diego Recalde, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Guatemala.
En occidente existen modelos asociativos importantes (asociaciones y cooperativas) de primer y segundo nivel que se han ido conectando con canales de comercialización, sin embargo, se debe trabajar en la especialización de la cadena, dijo María Contanza Ramírez, consultora de Cluster Development.
La cadena y exigencias actuales obligan a los agricultores a tener claridad sobre la calidad de su café, agregó Ramírez. Algunos ejemplos son Honduras, Colombia y Perú, en los cuales se lograron establecer alianzas para crear especialización tanto desde el cultivo, secado, tostaduría y hasta escuelas de baristas.
El productor debe probar y conocer el perfil de su taza de café, eso le ayudará a valorar sus productos y apoyarlo para establecer estrategias de negocio, recomendó.
Ahora se incluyen segmentos como el café convencional, convencionales más los certificados, especial diferenciado y microlote.
Empalme generacional
Según Recalde, ha llegado la hora de hacer un empalme generacional entre los cafeteros tradicionales y la nueva generación de jóvenes que va a tener en sus manos un café más sofisticado de Guatemala para ponerlo en las tazas de los más exigentes consumidores de café en el mundo.
Mencionó que los bajos retornos de inversión, o pérdidas porque los costos de producción están más altos que los precios, las nuevas generaciones no están incentivadas para trabajar en el sector y se está perdiendo el traslado de conocimiento acerca de la producción y calidad del café.
Además, hay que diferenciar la importancia de cada proceso desde el cultivo, el secado, la tostaduría o la venta como café verde.
Oportunidades
La FAO y la firma contratada detallan las oportunidades del sector.
Se calcula que en la capital hay cerca de 20 “coffee shops”, la mayoría creada hace menos de cinco años, los cuales incentivan el consumo interno.
Los cafés especiales se entienden como aquellos que conservan una consistencia en sus características físicas, sensoriales y prácticas culturales (historia detrás del grano).
En sus procesos finales se distinguen del común de los cafés, por lo cual los clientes están dispuestos a pagar más.
En Latinoamérica, crece de manera sostenida la demanda de cafés diferenciados.
Las ventas de tiendas especializadas han crecido de 2009 a 2014 a una tasa anual compuesta de 13,8%, doblándose en valor.
El consumo de los cafés especiales crece en Estados Unidos en frecuencia y en tazas por día, alcanzando en 2014 una cuota de mercado del 51% (US$25 mil millones).
“Se espera que el próximo año se profundice en la construcción de la iniciativa clúster, y con ello en una dinámica que permita avanzar de manera sostenida hacia el incremento de la competitividad del sector seguros de que tiene grandes oportunidades para la población joven del país” agregó Recalde.