El 90 por ciento de proyectos están dedicados a la protección, según Mynor Pérez, director regional del Instituto Nacional de Bosques (Inab).
Uno es el que se trabaja con la Municipalidad de Quetzaltenango en las mil hectáreas del cerro El Baúl, por el cual el Inab entrega más de Q1 millón anuales.
“Las organizaciones comunitarias están muy interesadas en el cuidado de bosques por el agua que generan. Esta es un razón por la que el proyecto con mayor demanda es el de protección. Otro factor son los mitos que limitan la participación de la población en los demás proyectos, pues creen que al hacerlo perderán sus tierras, lo cual no es cierto”, dijo Pérez.
El Inab registra 350 nacimientos de agua en la región. “Podemos mandar un mensaje de que no quemen o talen los bosques porque necesitamos el agua en las ciudades, pero ellos también necesitan comer, por eso hay que retribuir a las personas que cuidan los bosques”, indicó.
Representantes del Inab reconocen que aún hay varios obstáculos para el cuidado de los bosques. El último estudio que hizo esa institución, sobre oferta y demanda de leña en Guatemala, determinó que más del 65 por ciento de la población de la región utiliza ese recurso como fuente de energía.
Según Pérez, en el área funcionan más de 200 empresas forestales, entre aserraderos, depósitos de madera, carpinterías y mueblerías.
Probosque certificó 117 proyectos en Quetzaltenango, Totonicapán, Sololá y San Marcos, de los cuales han sido pagados 108, por Q8 millones 937 mil.
