El gobierno del presidente Donald Trump se ha estado preparando para un posible retiro desde hace meses y se esperaba una decisión antes de fin de año, según funcionarios estadounidenses.
A varios diplomáticos que iban a ser enviados a la misión este verano se les dijo que sus puestos estaban en suspenso y se les aconsejó que buscaran otros empleos.
Adicionalmente, en el proyecto de presupuesto del gobierno de Trump para el próximo ejercicio no se prevé la posibilidad de que se suspendan las restricciones financieras impuestas a la Unesco.
Además de la falta de personal y de planes de financiación para la Unesco por parte de Estados Unidos, altos funcionarios estadounidenses, entre ellos la embajadora ante la ONU Nikki Haley, han hecho reiteradas denuncias a la UNESCO.
Estados Unidos se retiró de la Unesco en la década de 1980 porque Washington la consideraba mal administrada y porque creía que estaba siendo utilizada para razones políticas. Luego se reincorporó a ella en 2003.
Lamentan decisión
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, dijo este jueves que la decisión de Estados Unidos de retirarse de la organización, después de haber suspendido ya en 2011 el pago de sus contribuciones, es una “pérdida para el multilateralismo y para la familia de Naciones Unidas”.
La responsable confirmó en un comunicado que el secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, le ha notificado oficialmente esa decisión, que ella “lamenta profundamente”.
“En el momento en que la lucha contra el extremismo violento pide una inversión renovada en educación y en diálogo intercultural para prevenir el odio, es profundamente lamentable que EE. UU. se retire de la agencia de Naciones Unidas que se ocupa de estos asuntos”, consideró la directora.
En Washington, el Departamento de Estado anunció oficialmente su decisión de retirarse de la Organización y su deseo de establecer una misión permanente como país “observador” ante ese organismo.