A menudo se le observa expresando plegarias en una iglesia como forma de gratitud para quienes le brindan dinero.
Sin embargo, este hombre con harapos y zapatos remendados dejó con la boca abierta a propios y extraños cuando entregó 40 mil euros -US$50 mil- para restaurar un monasterio e iglesias, y ayudar a pagar las cuentas de orfanatos.
Pedir limosna no era más que una misión -cumplida- de Dobrev, que viven con una pensión mensual de 80 euros que le da el Estado búlgaro.