Los agentes dispararon las balas de goma para ahuyentar a la gente que impedía que los vehículos de la policía nacional dejaran el lugar luego de confiscar cajas de boletas.
El gobierno español le ordenó a la Policía impedir el referendo
Un fotógrafo de The Associated Press vio a varias personas heridas debido a la trifulca afuera de la escuela Rius i Taule en Barcelona, donde algunas personas habían votado antes del arribo de la policía.
El presidente catalán Carles Puigdemont condenó la represión.
“La violencia injustificada del Estado le avergonzará para siempre”, dijo mientras una multitud le aplaudía.
Manuel Condeminas, un hombre de 48 años que trató de impedir que la policía se fuera del sitio con las cajas de boletas, dijo que los agentes los patearon antes de usar sus batones y disparar balas de goma.
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Agentes de la Guardia Civil con cascos y escudos usaron martillos para romper una puerta de cristal e ingresar al centro deportivo Sant Julia de Ramis, cerca de la ciudad de Girona.
Al menos una mujer resultó herida en el forcejeo.
Enfrentamientos
Los choques estallaron menos de una hora después de abrir las urnas y no mucho antes de la esperada llegada del presidente catalán Puigdemont.
Los empleados de las casillas que estaban dentro del edificio reaccionaron pacíficamente y comenzaron a cantar y decir lemas en desafío a la presidencia de los policías.
El portavoz del gobierno regional catalán, Jordi Turull, dijo que el referéndum estaba en marcha en 73% de unos 6.000 centros de voto pese a la operación policial para impedirlo.
El Tribunal Constitucional de España suspendió la votación y el gobierno central dice que es ilegal. Los líderes separatistas en Cataluña dijeron que se realizaría de todas formas y prometen declarar la independencia si gana el “sí” y llamaron a 5,3 millones de votantes a acudir a las urnas.
Reporteros de The Associated Press vieron cajas de boletas en bolsas plásticas siendo llevadas a uno de los colegios electorales en Barcelona ocupados por padres, niños y activistas para asegurarse de que las casillas abrieran a las 9:00 am como se planeaba.
Las cajas de boletas, con el sello del gobierno catalán, fueron colocadas sobre mesas, en medio de vítores de votantes esperanzados que se habían congregado allí desde antes del amanecer.
Centros de votación
Unas 2.300 localidades han sido designadas centros de votación, pero no estaba claro cuántas abrieron. El Ministerio del Interior no proveyó una cifra el sábado cuando dijo que “la mayoría” habían sido sellados y que solamente “algunos” seguían ocupados.
En un esfuerzo para superar los obstáculos, las autoridades regionales catalanas anunciaron que los votantes podrían depositar sus boletas en cualquier localidad y usar boletas impresas en casa, en lugar de en los centro de votación designados, como se dijo previamente.
Turull dijo que un grupo de académicos y profesionales servirán como observadores de la votación. Al respecto de los heridos no dio más detalles por respeto a sus familiares, dijo.
“Estamos en condiciones de poder celebrar con garantías el referéndum de autodeterminación (…) el objetivo es que todos los catalanes y catalanas puedan votar” , dijo.
El sábado el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis dijo que el plan del gobierno catalán es antidemocrático y que va “en contra de las metas e ideales que la Unión Europea” trata de fomentar.
“Lo que están impulsando no es democracia. Es una burla a la democracia, una parodia de la democracia” , dijo el ministro español.
El Ministerio del Interior indicó que la policía ya había clausurado la mayoría de las 2.315 escuelas que servirían como centros de votación y que inhabilitó un software que se iba a utilizar en la consulta.
Asisten a 35 heridos
El Gobierno de Cataluña informó de que 38 personas fueron atendidas por los servicios sanitarios por las cargas de las fuerzas de seguridad españolas en las primeras horas del referéndum independentista unilateral convocado en la región.
Según puntualizó el área de Sanidad del Ejecutivo regional, 35 resultaron heridas leves y tres de cierta gravedad. “Nueve de estas personas requirieron el traslado a un centro sanitario. Mayoritariamente se atendieron contusiones, mareos y crisis de ansiedad”, informó Sanidad a través de Twitter.
La tensión entre las personas que intentan votar en el polémico referendo soberanista y la Policía, que tiene la orden de impedir la consulta suspendida por la Justicia española, dejó hoy forcejeos y episodios de tensión en algunos locales electorales.
Los medios mostraron imágenes de al menos una persona con la cara ensangrentada y otra en el suelo esperando una ambulancia, mientras que la agencia local Europa Press informó de una anciana herida durante el ingreso de la Guardia Civil a un colegio en Barcelona.
El jefe del Gobierno regional de Cataluña, Carles Puigdemont, acusó a las fuerzas de seguridad españolas de utilizar “violencia injustificada” y “balas de goma”.
“Es una acción injustificada e injustificable”, dijo. “Ante la violencia injustificada, las porras, las balas de goma… urnas, papeletas y colegios, la imagen del estado exterior ha llegado a unas cuotas de vergüenza que le acompañará para siempre”, añadió lamentando la “brutalidad policial”.
La consulta suspendida por el Tribunal Constitucional venía rodeada de una gran incertidumbre por el enfrentamiento entre el Gobierno regional catalán, que insistió en celebrarla, y el Gobierno central de Mariano Rajoy, que impulsó diversas medidas para impedirla.
La Policía autonómica de Cataluña y los agentes de refuerzo enviados a Cataluña por el Ministerio del Interior español tenían orden judicial de impedir la votación, pero miles de ciudadanos se reunieron desde primera hora para sufragar en un clima festivo.
Los agentes antidisturbios desplegados ante los colegios fueron así recibidos con gritos de “¡Votarem!” (votaremos) y, sobre todo tras el inicio de la votación a las 9:00 horas (7:00 GMT), se vieron forcejeos, aunque la situación fue distendiéndose luego.
Tanto las entidades independentistas que apoyaron la consulta como las fuerzas de seguridad tenían instrucciones de actuar de forma pacífica, no responder a provocaciones y evitar incidentes.
“Nos vemos obligados a hacer lo que no queríamos hacer”, lamentó el delegado del Gobierno español en Cataluña, Enric Millo, al comentar la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
También el Ministerio del Interior justificó la actuación policial: “La Policía retira urnas para hacer cumplir el mandato judicial y la legalidad ante el referéndum ilegal”, publicó en Twitter el ministro Juan Ignacio Zoido.
Por el contrario, las imágenes de tensión entre policía y votantes fueron criticadas con dureza en Twitter por diversos políticos de izquierda que responsabilizaron al Gobierno de Rajoy y a su Partido Popular (PP) por los incidentes.
“Porrazos, empujones, ancianas arrastradas. Lo que está haciendo el PP a nuestra democracia me repugna. Corruptos, hipócritas, inútiles”, escribió Pablo Iglesias, líder de la formación izquierdista Podemos.
Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, comentó: “Un presidente de Gobierno cobarde ha inundado de policía nuestra ciudad. Barcelona ciudad de paz, no tiene miedo”.
Entre los locales en los que ingresaron los agentes para retirar urnas se encontraba el de la localidad de de Sant Julià de Ramis donde tenía previsto votar a primera hora el jefe del Gobierno catalán e impulsor del referéndum, Carles Puigdemont.
El líder independentista pudo votar luego en otra escuela de Cornellà de Terri, debido a que el Ejecutivo regional habilitó hoy a último momento un “censo universal” para que cualquier ciudadano pudiera sufragar en cualquier local, previendo el cierre de muchos de ellos.
“El presidente Puigdemont vota. No pueden silenciar la voz de un pueblo. Votaremos y ganaremos”, escribió en Twitter Jordi Sànchez, líder de la entidad independentista Asamblea Nacional Catalana (ANC).
Los secesionistas tienen previsto declarar la indepedendencia de Cataluña 48 horas después de que se conozca el resultado de la votación si gana el “sí”, pese a que el referéndum fue suspendido por la Justicia y carece de reconocimiento internacional, junta electoral, censo y participación mínima para validar el resultado.
La consulta unilateral en una de las regiones más ricas y pobladas de España plantea un escenario imprevisible y abre la peor crisis institucional de las últimas décadas en el país, además de un inesperado foco de inestabilidad en Europa.