Unas 25 casas que ya se encontraban dañadas por el temblor, resultaron más afectadas cuando a las 13.30 horas se hizo escuchar el retumbo de los palos, piedras y tierra que eran arrastrados desde lo alto de las montañas que rodean el lugar.
Cadena de tragedias
Los reporteros de Prensa Libre habían llegado a Pochuta, cuando se produjo el fenómeno y se pudo observar cómo los habitantes, socorristas, soldados y técnicos de varias entidades de auxilio, corrieron para ponerse a salvo de la correntada que pasó por las calles.
Un constante retumbo que duró más de una hora, se hizo escuchar cuando el río quebraba enormes árboles, así como las partes traseras de un número no especificado de viviendas que se encuentran ubicadas a orillas del río El Jiote.
Varias casas de campaña que se encontraban en las orillas del río, quedaron sepultadas por el lodo que alcanzó una altura de unos 4 metros y pasó sobre dos puentes que unen varias fincas cercanas.
Los temerosos vecinos principiaron a subirse a las partes más altas del municipio y varios niños se encaramaron en árboles y pequeños cerros para ponerse a salvo.
El enorme río de lodo, se salió de su cauce y penetró por la tarde trasera de varias viviendas ubicadas en la parte alta del municipio las que no soportaron la fuerza del fenómeno y sus puertas se rompieron y cayeron arrastradas por la correntada.
La espesa corriente pasó a una de las calles principales de Pochuta y recorrió casi un kilómetro, por lo que sus habitantes huyeron del lugar ante los gritos de prevención de los trabajadores del Comité Nacional de Emergencia, CONE; Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, Insivumeh, Comité de Reconstrucción Nacional, CRN y de la Asociación Unidad de Rescate de El Salvador.
Numerosas personas, principalmente ancianos que no pudieron salir, fueron evacuados de inmediato por los socorristas de las entidades antes mencionadas que se encontraban alertas.
Por lo menos unas 25 casas que se hallaban en las orillas del río, resultaron dañadas, cientos de enseros domésticos fueron arrastrados por la corriente, así como numerosos sanitarios, pilas de concreto, paredes y otros artículos de valor.
Se temía la correntada
El director del Insivumeh, Estuardo Velásquez quien se encontraba en el lugar, dijo que la correntada se esperaba de un momento a otro ante las constantes lluvias.
Velásquez dijo que en la mañana de ayer había recorrido a pie, varios kilómetros para subir a las montañas y se percató que por lo menos medio millón de metros cúbicos de tierra y árboles habían caído por los derrumbes y que al llover, éstos fueron arrastrados hacia el río y el pueblo.
Luego de la peligrosa correntada, las entidades de emergencia declararon como zona de alto riesgo, todas las manzanas de casas y champas que se encuentran a la orilla del río, a lo largo de un kilómetro, por lo que sus habitantes fueron evacuados a lugares más seguros.