A CONTRALUZ
Fuera, corruptos, del poder
La cleptocracia nunca imaginó que se le vendría el mundo encima. Los diputados estaban acostumbrados a hacer lo que les venía en gana y creyeron que esta vez iba a ser igual. Así salvaron al presidente Jimmy Morales de perder su inmunidad, le metieron mano al Código Penal con cambios terroríficos que eliminaban el delito de financiamiento electoral ilícito y favorecían claramente a la delincuencia, y ya estaba todo preparado para que hicieran piñata el presupuesto nacional del 2018. Esta vez ya no estamos hablando de políticos que tienen la representación popular, sino de verdaderos criminales que utilizan el poder para saquear los recursos públicos y se rodean de impunidad. Hoy ya no hay dudas de que la supuesta estrategia comunista para tomar el poder era un invento de la ultraderecha. El plan maligno lo diseñaron y pusieron en marcha las fuerzas oscuras que agrupan a diputados y mafias para aplastar la lucha contra la corrupción.
Después de que el MP y la Cicig dieran a conocer los delitos de financiamiento electoral ilícito que vinculan a Orlando Blanco, de la UNE, y al presidente Jimmy Morales, otrora secretario general del FCN-Nación, comenzó a diseñarse la estrategia para blindarse de esta acción penal y favorecer a implicados en otros casos de corrupción. Representantes de ambos partidos se reunieron para acordar la forma y contenido de los cambios en las leyes penales y luego cabildearon con otras bancadas. Definieron el 15 de septiembre como la fecha para dar el golpe. Fue así como ese día 107 diputados levantaron la mano para cometer uno de los mayores crímenes contra la ciudadanía de que se tenga memoria. No dejaron dudas de que son peores que las maras porque la partidocracia, al tratar de protegerse, dejó abierta la puerta para que salieran de las cárceles miles de delincuentes por conmutación de penas.
Cuando la población aún no se recuperaba de las reformas penales aberrantes, cayó una bomba política sobre el presidente Morales al conocerse que ha recibido Q450 mil, producto de un “bono de responsabilidad” que inventó el ministro de la Defensa. Ni siquiera en los peores años de la guerra interna, cuando los militares sí estuvieron en peligro, se dio esa prebenda. La Contraloría obligó al mandatario a devolver ese dinero porque un subalterno, el ministro de Defensa, no puede beneficiar su jefe, el comandante del Ejército. El escenario quedaba claro: el presidente negoció con la UNE y varias bancadas legislativas para no perder su inmunidad a cambio de que saquearan el presupuesto nacional del 2018. También demostró que no tiene escrúpulos para embolsarse Q50 mil mensuales, además de su salario mensual de Q146 mil 950. Pese a todo lo ocurrido, el gobernante sigue sin dar la cara, solo emite videos. Ya no tenemos presidente. El lema de “Ni corrupto ni ladrón” fue tirado al bote de la basura, al igual que la careta de oposición de Sandra Torres y la UNE.
Cuando los diputados vieron que su casa estaba en llamas quisieron retroceder. Fue así como dieron marcha atrás a los decretos espurios y decidieron volver a conocer el antejuicio contra el presidente. Sin embargo, ya es tarde. El pueblo ya no confía en estos diputados porque se han convertido en lacras. Ya no nos representan; ellos se representan a sí mismos y a las mafias que los patrocinan. No podemos permitir que sigan haciendo lo que quieran. Unámonos al paro nacional que exige la salida del poder del presidente Jimmy Morales y los diputados. La movilización tiene carácter nacional, la indignación popular se extiende en pueblos y ciudades. Pero si usted no desea unirse a este movimiento, no hay problema, proteste de la forma que mejor crea conveniente, pero proteste contra los políticos corruptos. A usted, a su familia, a toda Guatemala le afectan estas mafias.
@hshetemul