En Venezuela, la falta de productos comunes como el papel higiénico ha complicado la vida de los venezolanos especialmente en el último mes, debido al control férreo del Estado sobre la economía.
Con la escasez de hostias y de vino de consagrar, ahora también resultaron afectados los feligreses de las más de 10 mil iglesias del país.
Como muchos sacerdotes de la zona andina de Venezuela, la Iglesia Católica venezolana analiza, entre algunas medidas, la compra de vino y hostias en Cúcuta, estado colombiano fronterizo con Venezuela, aunque consideran que esto no resuelve la escasez en el país.
“De no haber los elementos para oficiar la misa, tendremos que disminuir la celebración de eucaristías, lo cual sería realmente fatal“, sentenció Porras.
Según el obispo, una figura crítica del gobierno de Nicolás Maduro, esta situación no se presentaba en Venezuela desde mediados del siglo XIX.
La revocatoria de una exención de impuestos para la producción nacional de este tipo de vino ha ocasionado que Bodegas Pomar, una subsidiaria de Empresas Polar -la mayor productora de alimentos del país-, tenga dificultades para la elaboración de la bebida.
El gobierno venezolano ha exigido en varias ocasiones que Empresas Polar evite el acaparamiento de productos básicos.
Porras criticó que el gobierno revirtiera la medida porque “hacen que la producción de una botella de vino de consagrar sea muy limitada” y “genera un costo prohibitivo” para la Iglesia, que pagaría unos 16 dólares, equivalentes al costo de cualquier variedad de vino.
La AFP intentó contactar algún representante de Bodegas Pomar, pero no obtuvo respuesta.