“¡Como quisiera una iglesia pobre y para los pobres!“, agregó el Papa, desatando una atronadora ovación en la sala Pablo VI.
En estos cuatro días de pontificado, Francisco ha suscitado esperanzas de cambio en una institución desacreditada, apostando por un regreso de la Iglesia a la esencia del cristianismo para llevar el mensaje a “todos los confines del mundo“.
El primer papa latinoamericano de la historia señaló que el nombre le fue inspirado por un comentario del cardenal brasileño Claudio Hummes, arzobispo emérito de Sao Paulo, que se sentó junto a él durante el cónclave que lo eligió.
“Cuando la cosa se estaba poniendo un poco peligrosa, él me reconfortaba, y cuando los votos alcanzaron los dos tercios y llegó el aplauso (…) me abrazó, me besó y me dijo: No te olvides de los pobres” , contó con emoción.
Eso le llevó a preferir Francisco a otros nombres que le recomendaban como Adriano, para presentarse como “un verdadero reformador” o Clemente, para “vengarse de Clemente XIV, que abolió la Compañía de Jesús” , relató el primer papa jesuita de la historia ante los periodistas y sus familias, incluidos numerosos niños.
Francisco también recordó que la Iglesia, sacudida por varios escándalos, problemas en la curia y la sorprendente dimisión de Benedicto XVI, no tiene “una naturaleza política, sino espiritual“.
El tiempo dirá si el espíritu del santo de los pobres guía su pontificado, pero de momento el nuevo papa parece haber conquistado al mundo por su cercanía y sobriedad.
“Han trabajado mucho, eh?, han trabajado mucho“, bromeó en italiano el pontífice argentino, agradeciendo a los periodistas su trabajo en este “intenso” periodo desde el anuncio de la renuncia de Benedicto XVI el 11 de febrero.
El Vaticano anunció que el papa Francisco almorzará el próximo sábado con Benedicto XVI en Castelgandolfo, la residencia papal cercana a Roma donde el papa emérito vive provisionalmente.
Antes, recibirá el lunes en la Casa Santa Marta del Vaticano a la presidenta de Argentina Cristina Kirchner, esperada en Roma para la misa de entronización del martes, con quien el hasta ahora cardenal Bergoglio mantiene relaciones tensas, especialmente desde la legalización del matrimonio homosexual.
El nuevo papa también ha sido cuestionado en su país por su presunta pasividad durante la dictadura argentina, acusaciones que coparon titulares en el mundo entero y han sido rechazadas por el Vaticano como “calumniosas” .
Se le reprocha sobre todo no haber hecho lo suficiente, cuando era jefe de los jesuitas en su país, para proteger a dos sacerdotes secuestrados y torturados por la dictadura argentina (1976-1983).
“La campaña es conocida, se refiere a hechos de hace mucho tiempo y ha sido promovida por una publicación que en ocasiones es calumniosa y difamatoria“, afirmó el portavoz del Vaticano, Francesco Lombardi, refiriéndose al diario argentino Página 12, y en particular a una de sus principales plumas, Horacio Verbitsky, autor de varios libros sobre el tema.
Uno de los secuestrados, el padre Jalics, un húngaro afincado en Alemania, dijo el viernes en un comunicado que está “reconciliado” con el pasado y que le desea la “bendición divina” al nuevo pontífice.
Mientras tanto, el Vaticano ultima los preparativos para la gran misa de entronización en la basílica de San Pedro del próximo martes, día de San José.
Las autoridades esperan que un millón de peregrinos y curiosos lleguen a Roma para asistir a este gran acontecimiento, que estará precedido el domingo por el primer ángelus desde su estudio en la plaza de San Pedro.
Los vendedores ambulantes del Vaticano han empezado ya a vender souvenirs con la efigie del nuevo líder de los 1.200 millones de católicos del mundo.