LA ERA DEL FAUNO
Única salida: Jimmy Morales sin antejuicio
Volverán a intentarlo y fracasarán de nuevo, porque la lucha contra la impunidad es más inteligente. ¿Qué sigue? El crimen no duerme. Trabaja 24 horas al día y posee mucho dinero. Lo suyo es la astucia, se mantiene ideando formas de regenerar cada tentáculo que le cortan. Bastante callado había estado, y de pronto, un domingo, al despertar nos enteramos de que Jimmy Morales había intentado echar por la puerta de atrás al Comisionado Iván Velásquez. Ese cuadro es del gobierno tratando de destruir todos los procesos judiciales de alto impacto.
Los acontecimientos que siguieron a su fallido intento, crearon tal caos que se hace difícil describirlos. Hay en las declaraciones de los funcionarios una mezcla de ridiculez y peligrosidad. Nuestra historia ha sido compleja, pero esta vez es surreal. Nos gobierna un chiste contado por fanáticos de la muerte y de la Biblia como herramienta de sometimiento al poder oscuro, manipulador, corrupto. Son ellos quienes han polarizado con la canción del extranjero que nos ha polarizado. El crimen se instala en las oficinas de gobierno, en cárceles, juzgados, cortes, en el Congreso. Desde allí articula el nuevo golpe, pero recibirán otro revés. Y otro.
Con este caos se agruparon funcionarios acusados de varios delitos, diputados que tienen solicitudes de retiro de antejuicio o que ya lo perdieron, alcaldes con demandas ante el Ministerio Público, gobernadores, Joviel Acevedo, Otto Pérez, el Taquero, es decir, gente respetable injustamente perseguida. Esa confluencia, planificada, cerró filas alrededor del fantoche benefactor, pese a que fue incapaz de ejecutar adecuadamente la orden. Morales fracasó. Parecía tan fácil. Solo tenía que firmar y enviar la nota al Comisionado Velásquez para que fuera expulsado de inmediato. Una hora después, sobre su cabeza de presidente pasaría volando el avión que llevaría a Velásquez a otro país, o un helicóptero a la frontera. Se frotaría las manos, un trago gargareado en el gaznate le avivaría esa risita de bufón, y ordenaría que fuera difundido el primer video pregrabado en el que —hipócritamente compungido— expresaría: “He tomado la difícil decisión de declarar non grato al señor Iván Velásquez…”
Sabía —sabían— que habría reacciones en su contra. Pero es más fácil hacer cuentas de lo acontecido que cálculos sobre lo que podría suceder. Quiso ser más astuto que Otto Pérez, quien al verse obligado a continuar con el mandato de la Cicig e Iván Velásquez, confió en su inteligencia, su dinero para defenderse y sus contactos. Y también fracasó. Morales, en cambio, sabe que está en el poder gracias al financiamiento electoral ilícito y que le sale más barato pelear ahora que desde la cárcel cuando los lobos que le rodean lo hayan traicionado. También fracasó. Y seguirá —seguirán— tratando y fracasando. El MP y la Cicig van despacio, seguros, golpean donde se debe y por eso gozan del apoyo de la población, de la comunidad internacional y de los jueces, magistrados y pocos diputados que han dado muestras de no estar dispuestos a amamantar la corrupción.
El Cacif sugirió a Morales dirimir sus diferencias con Velásquez. ¿Cuáles diferencias con Iván? Es irracional minimizar la corrupción nacional a un lío personal. ¿Por qué pedir que conversen el ladrón y el policía? La única solución es que Morales sea despojado de su derecho de antejuicio para que sea investigado por el delito de financiamiento ilícito que lo llevó a la presidencia. Mañana, la CSJ dictaminará sobre tres de cuatro solicitudes de retirarle ese privilegio que blinda a los corruptos.
@juanlemus9