Hasta el momento 82 familias se han unido a la iniciativa que pretende contribuir con el medioambiente. A futuro se pretende que en otras colonias se clasifique la basura para que esta pueda tener el tratamiento adecuado.
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Por ahora la comuna trabaja con este grupo de vecinos y se pretende replicar la iniciativa en las zonas 2 y 5.
La clasificación de la basura contribuiría también con el proyecto que se tiene de reactivar la planta de tratamiento de desechos en la zona 2, por ahora en este sector se recoge la basura orgánica los lunes, y la inorgánica los miércoles.
“A futuro se pretende que vayan juntos dos camiones, el de adelante recogería la basura orgánica y el de atrás la inorgánica, por lo que el otro año pensamos hacer ajustes en las rutas de los camiones recolectores”, dijo Juan Carlos Díaz, encargado de la dirección de Servicios Ambientales de la comuna.
Voluntad
Jorge Meza, vocal del Comité de Educación de la Cooperativa Ceres, señaló que para lograr este proyecto se necesitó de perseverancia, promoción y trabajo.
“La idea es transferir nuestra experiencia a otras zonas y colonias para que se puedan integrar, hasta ahora ha sido satisfactorio, pero se necesita de divulgación y sobre todo perseverancia”, dijo Meza.
Según el vocal en una ocasión, la cooperativa intentó implementar la clasificación de la basura, pero por factores económicos y disminución en la participación de los vecinos no se continuó, aunque ahora esperan lograr el 100 por ciento de la participación de la población.
De los vecinos que se han unido a la iniciativa, el caso de Aida Gramajo causa impacto, desde hace 12 años adoptó la costumbre de clasificar la basura, la orgánica la coloca en una abonera de dos metros de profundidad que tiene en el jardín de su vivienda, mientras que, el vidrio, cartón y plástico lo almacena en unas repisas y cada cuatro meses lo lleva a las recicladoras, en algunos casos reutiliza el producto.
“Es una cuestión de formación, mi abuelo amaba la tierra y le molestaba que las personas tiraran la basura, hacerlo lleva tiempo y esfuerzo porque lo más sencillo es tomar cualquier desecho y botarlo al basurero, en el caso de las bolsas plásticas las limpio y seco para que puedan reutilizarse o ser recicladas”, refirió.
“El hacer conciencia es lo más difícil, debemos reflexionar sobre el daño que estamos provocando al medio ambiente, debemos dejar de ser tan egoístas”, dijo Gramajo.