“El hecho es que nos despedimos sin resultados y con un gran brecha. Y de forma totalmente inesperada, (Dembélé) el viernes no viene al entrenamiento”, señaló Watzke al aludir a esta “coincidencia temporal”.
Recordó que Dembélé, suspendido desde que decidiera no aparecer al entrenamiento, descartó el año pasado fichar por el Barcelona y se decidió por el Dortmund, porque reconoció que en el club alemán tendría más posibilidades de jugar y desarrollarse.
Pero ya entonces, agregó, Dembélé dijo que en algún momento querría irse al Barcelona.
“Vale, pero ya dijimos entonces claramente que dentro de un año, definitivamente no, eso también estaba claro. Pero ahora aparece este gran sueño, ahora puede irse a Barcelona”, dijo.
En este sentido, señaló que el jugador es un extraordinario futbolista, pero, a sus veinte años, todavía no es una persona hecha y derecha.
Subrayó que sólo existen dos posibilidades: “El Barcelona paga la suma que queremos. Quieren a este jugador, que todavía tiene cuatro años de contrato. Les acaban de poner €222 millones (por Neymar) sobre la mesa y nosotros tenemos una exigencia”.
Si el Barcelona cumple con lo que pide el Dortmund -“sin demora, subrayó- este traspaso tendrá lugar”.
Por el contrario, si el Barcelona no paga la suma exigida, el 1 de septiembre Dembélé estará de vuelta, dijo Watzke, aunque deberá entonar el mea culpa y pedirle perdón al equipo y al club, agregó.