El pasado sábado, la Subdirección General de Operaciones de la PNC, como cada año, ordenó aumentar las medidas de precaución por posibles ataques de pandilleros en el departamento de Guatemala y el suroccidente del país.
La cábala se cumplió el pasado domingo, cuando murió un integrante de la mara Salvatrucha, luego de una persecución policial.
“Ese día, agentes de la Comisaría 14, después de escuchar varios disparos, iniciaron una persecución en una de las calles de la colonia Ciudad Real. Al llegar a Villa Hermosa 2, San Miguel Petapa, capturaron a Sonia Alejandra Álvarez, Gladys Yaneth Santiago Rivas y Selvin Joel Fuentes Hernández, los tres de 20 años. En esa misma dirección, dentro de un vehículo, falleció un hombre de unos 20 años”, reportó la PNC.
Los cuatro eran presuntos miembros de la mara Salvatrucha y huían después de haber disparado contra dos personas en la 1a. avenida y 8a. calle, colonia Ciudad Real 2, Villa Nueva. “En el incidente falleció una mujer, y su cónyuge, herido de bala, fue llevado a un centro asistencial”, informó la Policía.
Según la PNC, como represalia, el lunes recién pasado un grupo de pandilleros atacó un autopatrulla en la zona 21.
En ese suceso murieron el inspector policial Marvin Arnoldo López y el agente Francisco Martínez Crisóstomo. Un tercer efectivo sufrió heridas de bala.
Los ataques continuaron y de esta cuenta, de acuerdo con el Ministerio Público (MP), se cumple la conmemoración de un tratado de no agresión que existió entre las pandillas desde la década de 1990. La PNC validó la información del MP y además asegura que cada agosto están en alerta por el incremento de los enfrentamientos armados entre ambos grupos.
La primera alerta fue girada, según publicó Prensa Libre el 19 de agosto del 2005, por el entonces ministro de Gobernación Carlos Vielmann, y se repite cada año.
Una tregua rota
Hasta agosto del 2005 las pandillas no se enfrentaban. Un pacto denominado Del Sur las mantenía separadas y ambos grupos coordinaban acciones para tomar el control de cárceles.
El Barrio 18 decidió perpetrar un ataque el 18 de agosto de ese año, en honor del número que los identifica. Esto pudo haber enojado a los salvatruchas, que decidieron no participar.
El 15 de agosto de ese año, en el área conocida como El Hoyón, en la cárcel de Escuintla, se registró la trifulca entre ambos grupos y a esta se sumaron otros penales. En total hubo más de 30 muertos en cuatro cárceles.
“Por las acciones de la mara Salvatrucha se acaba el pacto de no agresión y empieza la guerra entre las dos pandillas.
Los ataques cada año son, por lo regular, desde tres días antes o tres después del 15 de agosto”, afirmó el investigador.
Hasta hoy
La División del Programa Nacional contra el Desarrollo Criminal de las Pandillas (Dipanda) confirmó el incremento de ataques entre esos dos grupos. “A los miembros del Barrio 18 no se les olvida esa masacre. Por eso es que el mes de agosto es muy violento. Es frecuente que los 18 atenten contra sus rivales y contra las autoridades”, explicó un investigador de Dipanda.
El MP también agregó que los mareros aprovechan la violencia desatada en esos días para rescatar a cómplices, como ocurrió en el Hospital Roosevelt.
En un análisis preliminar, el investigador informó que, ayer, parte de la estrategia de los salvatruchas fue crear un distractor y así facilitar el acceso al reo Ánderson Daniel Cabrera Cifuentes, integrante de la célula Piwis de la MS, y lograr rescatarlo.
Célula
Los Piwis son una célula que opera en Canalitos, zona 24, y son dirigidos por miembros de la familia Bantes, con alto poder en la estructura de la MS.
Según la investigación del Ministerio Público, en el 2013 este grupo comenzó una reorganización y tomó el control algún miembro de la familia Bantes, quien hizo alianzas con otras células de la MS para controlar más territorio, el cual ahora alcanza la zona 5 y San Pedro Ayampuc.