Las nuevas sanciones, decididas en respuesta a las pruebas de misiles balísticos realizadas por Corea del Norte en julio, buscan reducir los ingresos de Pyongyang por exportaciones.
La resolución aprobada hoy es la octava emitida por el más alto gremio de la ONU en relación con el programa nuclear y de misiles norcoreano desde 2006.
Hasta el momento, las sanciones no parecieron tener efecto, ya que Pyongyang continúa realizando sus pruebas misilísticas pese a todas las advertencias.
La ONU condenó fuertemente las últimas pruebas con misiles y las calificó de un “abierto y violento menosprecio” a las resoluciones vigentes.
Según el representante británico ante la ONU, Matthew Rycroft, estas sanciones recortarán en un tercio los ingresos por exportaciones de Corea del Norte, o sea, en 1.000 millones de dólares.
Además se establecieron prohibiciones de viaje contra nueve ciudadanos norcoreanos vinculados con negocios bancarios y militares. A éstos se les congelaron todos sus bienes, así como a cuatro empresas norcoreanas, entre ellas dos bancos y una aseguradora.
Corea del Norte recibió un “duro golpe”, aseguró la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.