LA BUENA NOTICIA
“Gratitud a quien sirve”
El Paps es una institución de la Iglesia en Guatemala, dedicada a la “asistencia y previsión social” de los presbíteros, fundada en 1985, por iniciativa de los obispos Próspero Penados del Barrio y Juan Gerardi. Cuenta con personería jurídica desde 1986, tiene su sede en la zona 3 de Mixco, cerca del Seminario Nacional de la Asunción, y sirve a más de 500 miembros, una tercera parte aproximadamente del clero presente en el país.
Sus estatutos lo definen como una entidad privada, civil, no lucrativa, apolítica, de asistencia y previsión social, integrada por diáconos, obispos y presbíteros, tanto los incardinados a las diócesis y vicariatos como los miembros de congregaciones y órdenes religiosas masculinas, en comunión con la Conferencia Episcopal de Guatemala.
La misión de Paps solo se entiende desde los valores de la fraternidad, el amor y solidaridad, tanto de los asociados como de las comunidades cristianas, para garantizar el bienestar integral de los presbíteros, velando por una mejor calidad de vida, una vejez serena y digna; también para que puedan dedicarse con libertad evangélica al trabajo pastoral misionero en las parroquias que les han confiado.
Entre las tareas que desempeña la institución sobresale cubrir los gastos, que pueden llegar hasta 20 mil quetzales, por enfermedad y accidentes; y cuando es necesario, se ofrece préstamos sin intereses; además, establece las pensiones por vejez, a los 70 años o invalidez, por una cuota mensual de mil 600 quetzales. También cubren los gastos funerarios por una modesta cantidad de 3 mil quetzales. los socios anualmente aportan 3 mil 600 quetzales al año.
Uno de los pioneros del Paps fue el ahora obispo de Jalapa, Julio Cabrera Ovalle, junto a un grupo de laicos del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, cuando era párroco en la Villa de Guadalupe, quien en una entrevista que le hace el presbítero Teodoro Beltrán, director de “Tiempo de Dios”, los califica como laicos “llenos del fuego del Espíritu Santo y de ilusión porque este proyecto funcionara”. Entre ellos menciona a Gladys Montes de Rubio, quien fue la Contadora por 31 años. Me uno a la gratitud que le expresa por su “eficiente servicio durante tantos años, y sobre todo, con el amor con que lo hizo”. En efecto, fue una mujer que creyó en el proyecto y lo hizo suyo para servir a los presbíteros guatemaltecos, haciendo realidad lo que el papa Francisco dijo a los jóvenes en Cracovia: “Si un cristiano no vive para servir, no sirve para vivir”.
En dicha entrevista reconoce el valiosísimo apoyo brindado por los padres de la congregación Inmaculado Corazón de María. Sin su generosidad no hubiera sido posible contar con las instalaciones, que ahora, además, sirven para retiros espirituales, conferencias o encuentros de diversa índole. De igual manera agradece a la Iglesia en Alemania, que por medio de Adveniat brindó su apoyo desde el inicio, sobre todo para el programa de jubilación, que muy pronto quedará en manos de Paps, lo cual hace más urgente y necesaria la colaboración de las comunidades cristianas de Guatemala.
Con ese propósito, pero también con el fin de ayudar a sufragar los gastos de la institución, cada primer domingo de agosto, alrededor de la memoria de san Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, amigo e intercesor de los presbíteros del mundo, se realiza en Guatemala una jornada de solidaridad por el sacerdote, especialmente el anciano y enfermo, como una expresión de amor y “gratitud a quien sirve”.
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