Cuando se escriba la historia que le ha tocado vivir a Venezuela en los últimos tiempos, quedará resaltado en letras mayúsculas el valor que representa el espíritu del pueblo venezolano, que nunca se rindió y luchó hasta el fin contra las injusticias y acciones criminales del régimen chavista.

Los ojos del mundo están puestos en Venezuela y su historia se está trazando con la sangre y lágrimas de miles de valientes que han ofrendado su vida por la libertad de esa gran nación, sin tregua han dado una batalla heroica del bien contra el mal. Desde abril de este año, 125 personas han perdido la vida y otras 1,958 han resultado heridas.

El sufrimiento de la gente venezolana es grande porque además de la violencia y abusos de poder que están sufriendo también hay escasez de alimentos, medicinas y atención médica. El hambre y la miseria está causando que cerca de 50 mil venezolanos diariamente tengan que huir en peligrosas travesías por tierra o mar, con la tristeza en su corazón de abandonar a su amada patria.

Pero otros se quedarán y seguirán levantándose para luchar con coraje encendido contra la dictadura sangrienta de Maduro. Porque son un pueblo unido y son millones de venezolanos los que comparten el anhelo de volver a tener un país libre, independiente y próspero.

En una jornada tensa y violenta, el pasado 30 de julio y con todo el rechazo internacional, los venezolanos votaron para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente.

El alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, calificó esa elección como “una de las estafas más burdas”, cuando se dirigió al pueblo desde su casa, a través de un video subido a las redes sociales, pronunciando un mensaje épico. Después de esto fue detenido ilegalmente.

De igual forma lo hizo Leopoldo López, otro valiente líder, que sabía que sería capturado por las mismas razones, que también dejó grabado otro mensaje antes de su detención, donde confirmó el embarazo de su esposa, una situación humana difícil, que nos hizo sentir un nudo en la garganta.

No puedo dejar de hablar de Luisa Ortega, la fiscal general de Venezuela, que dijo abierta y firmemente que no reconocerá los resultados de la Asamblea Constituyente. Esta dama de hierro ha sido una de las voces críticas contra el régimen de Maduro.

Y así podría seguir contando historias de cientos de grandes líderes que tienen la valentía y las agallas de dar la cara ante un régimen tirano y son lo suficientemente hombres o mujeres para poner en riesgo su libertad, e incluso su vida misma, por amor a su patria.

El papel de la prensa en esta crisis ha sido trascendental, por ser uno de los gremios más atacados y criminalizados por ese régimen. A pesar del cierre de algunos medios, la censura que les ha sido impuesta, la intimidación judicial y el cambio de la línea editorial pretendiendo imponer una hegemonía comunicacional; los hombres y mujeres que se dedican al periodismo no han traicionado sus ideales y se han mantenido firmes para no callar la verdad.

Venezuela es un país muy rico, no solamente por ser la reserva petrolera más grande del mundo, o por tener grandes minas de oro azul y otros yacimientos naturales invaluables. Son ricos porque su pueblo ama su tierra con vehemencia, ama la libertad y lucha por sus ideales hasta la muerte. Allí no importa si son hombres o mujeres, catires (rubios) o morenos, obreros o profesionales, pobres o ricos. ¡Son venezolanos y punto! Que inundan las calles con gallardía para manifestar un claro NO a un régimen tirano. Esta gran nación triunfará porque son unidos y a pulso se han ganado el respeto de todo el mundo, siendo un ejemplo de lucha justa por la libertad.

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