Bernardo López, director de la firma Akianco —que elaboró el estudio— indicó que el incremento del cultivo de aceite de palma se explica por los altos precios en el mercado internacional de materia prima en los últimos años.
“Este producto está muy asociado a los precios del hule, que también ha registrado un alza en el mercado mundial y eso ha motivado a ampliar el campo de cosecha”, refirió.
Según el pronóstico del experto, Guatemala tendrá unas 110 mil hectáreas de palma de aceite en el 2018.
El informe determinó que en la industria laboran directamente 17 mil personas y otras 40 mil de manera indirecta.
A escala mundial, el país ocupa la posición 14 entre naciones productoras; países del sur de Asia, como Malasia y Tailandia son los principales productores.
Producción local
José Santiago Molina, presidente de la Gremial de Palmicultores de Guatemala (Grepalma), dijo que una planta puede producir después de cuatro años de la siembra.
Según cálculos de Grepalma, el país produce 170 mil toneladas métricas de crudo de aceite, de las cuales el 30 por ciento —unas 50 mil toneladas métricas— es para atender el mercado local y el resto se exporta a México y Centroamérica.
El ejecutivo declaró que el principal uso del aceite de palma se da en la industria de alimentos, para la elaboración de aceites de cocina, margarinas, mantequilla y manteca, entre otros.
Otra industria que demanda el producto derivado de la palma son los cosméticos y jabones, así como un porcentaje en menor escala para la elaboración de candelas y productos afines.
El estudio determinó que la Costa Sur —bocacosta— es la principal zona de cultivos de la palma de aceite; sin embargo, también está creciendo en terrenos de Izabal, Quiché, Alta Verapaz y el sur de México, por el tipo de suelo de estas regiones.
“Se debe generar una planificación de Estado, para normar este cultivo y evitar conflictos con poblaciones, sobre todo indígenas”, puntualizó el economista Eduardo Velásquez.