Para esos años, comprar una camisa nueva y un pantalón era considerado un verdadero lujo para aquellas familias que con su salario ni siquiera lograban cubrir la canasta básica alimenicia, razón por la que se veían obligados a establecer prioridades para sus gastos y la ropa era catalogada una necesidad secundaria.
Diversificación
Según datos proporcionados por la Gremial de Importadors de Ropa Usada y Mercaderías en General, GIRUMG, indicaba que antes, la ropa de paca era especialmente utilizada por personas y familias de escasos recursos. Sin embargo la oferta se extendió y se incorporaron otros artículos como calzado, bolsas de cuero, edredones, valijas y otros productos.
En los negocios de paca se podían encontrar pantalones de lona (jeans) de marcas reconocidas, zapatos de la mejor calidad y camisas de marca en buen estado, a mitad de precio más baratas que un artículo nuevo.
En la actividad de comercialización de ropa usada se podían identificar varios niveles o canales de distribución, como los importadores, distribuidores, mayoristas, detallistas y salderos.
Para esa década, señala la gremial, los importadores compraban directamente a instituciones como el Salvation Army de los Estados Unidos (que recolecta la ropa y se encarga de fumigarla y armar las pacas), y los distribuidores son quienes compran a éstos los lotes completos de pacas.
Los mayoristas son quienes compran a los distribuidores las pacas, por mayor, y el detallista es quien compra al por menor, selecciona la ropa para poner a la venta en los exhibidores de los locales comerciales. Finalmente, los salderos son quienes compran los saldos de ropa a los detallistas, y se vende a precios más bajos que la seleccionada.
Cifras
La ropa usada era un ahorro familiar por un producto de buena calidad, a bajo precio. Según los importadores de pacas, para 1997 el 77 por ciento del total de consumidores de prendas de vestir usadas tenían salarios que oscilaban entre los Q300 y Q1,500. Este porcentaje del mercado consumía en su mayoría al menos una vez al mes.
La capital ocupaba el 28 por ciento del mercado nacional, seguida por Escuintla por 15 por ciento y Alta Verapaz con un ocho por ciento.
Actualidad
Veinte años después el negocio de las pacas es floreciente y continúa en cambio constante, prueba de ello es que además de la ropa y accesorios, hay establecimientos que ofrecen electrodomésticos, computadoras, llantas, y artículos deportivos.
Aunque en un principio el segmento de mercado al que iba dirigida la venta de ropa usada eran personas con bajos ingresos, actualmente el prejuicio de los consumidores ha ido desapareciendo y se pueden encontrar en una tienda de este tipo a personas de diferentes estratos económicos.
El crecimiento de algunos negocios de importación de ropa fue gracias a las estrategias implementadas y dirigidas para acceder a otros nichos de mercado. Ya no eran únicamente los clientes “de a pie”, se ampliaron los locales y otro agregado extra como parqueos.
Las cifras señalan que en los últimos cuatro años aumentó un 75 por ciento el volumen de importación de ropa de segunda mano. En 2014 el país importó de este producto US$53 millones, equivalente a Q420 millones.
Los negocios pasaron de estar en vías transitadas y mercados a ocupar lugares en centros comerciales y agregaron a su oferta juguetes, artículos para el hogar, para los deportes provinientes de saldos de tiendas de Estados Unidos.
El ahorro y la calidad se mantienen como una prioridad para el usuario final de estos artículos a pesar de que la situación y el mercado son diferentes.