El 22 de mayo último, Tobar debió haber dejado el país, pero debido a que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) le negara un pedido para suspender su deportación, ahora busca quedarse en el país de otra manera.
“Tomé esta determinación porque quiero estar en este país con mi familia. No soy una criminal. No he hecho nada malo”, aseguró Tobar, refugiada en la iglesia Episcopal de San Barnabas, Greensboro.
Representantes de organizaciones civiles han informado que apoyan a Tobar y lucharán para que pueda quedarse en el país, por lo que han pedido a congresistas federales por Carolina del Norte que intercedan por ella.
Lori Fernaled Khamala, directora de la organización American Friends Service Committee, dijo que la única manera de que Tobar sea libre es estando en su casa, con su familia, ya que permanecer encerrada en una iglesia no es libertad.
“Esto no es un paso sencillo, pero la familia estaba lista para luchar”, añadió la directora.
Tobar ha trabajado en una empresa textil durante los últimos ocho años. Llegó a los EE.UU. en 1992, luego de haber solicitado asilo político por amenazas en la época de la guerra interna; sin embargo, su pedido fue denegado.
News conference about to begin in support of Juana Luz Tobar Ortega as she enters sanctuary. pic.twitter.com/pcHKA4Fbf1
— Jasmine Spencer (@1JasmineSpencer) May 31, 2017
Autoridades de ICE le notificaron a Tobar, en el 2004 que debía abandonar el país, pero no lo hizo, por lo que en 2012 fue arrestada, aunque luego quedó libre. Desde ese año, la guatemalteca ha emprendido una lucha para permanecer en el país.