Revista D

Montserrat del Amo: Yo no escribo fácil

"¡Atrás, cobardes!, gritó el capitán con voz de trueno a la marinería rebelde!", exclamó la pequeña Montse al saltar entre sus hermanos, que se quedaron boquiabiertos. Ella había esperado un año para vivir este momento, pues el verano anterior, cuando tenía solo 5 años, fue excluida del juego por no conocer la historia. Así que, con mucho empeño, aprendió a leer, y hasta memorizó algunas frases de aquella novela de aventuras de Julio Verne que sus hermanos usaban para el juego.

Ver la vida con ojos de niña le ha valido para lograr el éxito en la literatura infantil en España y otros países.

Ver la vida con ojos de niña le ha valido para lograr el éxito en la literatura infantil en España y otros países.

Era la menor en una familia de nueve y vivía una época difícil porque España estaba en guerra y la prioridad era instruir a los hermanos mayores. Tan solo un tiempo después anunció que quería ser escritora y puso manos a la obra. Al cumplir los 20, aquella joven, sin haber ido a la escuela, pero sumamente decidida, publicó su primer libro: Hombres de hoy, ciudades de siglos.

La guerra quedó atrás, los veranos en la sierra con la familia también, pero la pequeña Montse nunca se fue, constantemente le habla al oído a la escritora dirigiéndola durante la redacción de sus historias.

Hoy Montserrat del Amo tiene 86 años y 70 libros publicados. Nació en Madrid el 15 de junio de 1927 y se graduó en grado de licenciatura en Filosofía y Letras en 1976 de la Universidad Complutense de Madrid.

En 1978, además, ganó el Premio Nacional de Literatura de España, inaugurando así la categoría infantil dentro del certamen.

¿Cuánto estaba dispuesta a hacer para lograr ir a la universidad?

A los 40 años seguía diciendo que quería pasar por esa casa de estudios. Algunas personas me decían que con ser autodidacta era suficiente, pero allí no solo se recibe un cartón, sino que se rellenan los vacíos teóricos y se aprende tanto de los maestros como de los compañeros.

Para lograrlo debía aprobar 32 exámenes por suficiencia y así titularme del bachillerato. Recuerdo que en el aula había una placa conmemorativa, y yo, que sudaba tinta china en ese momento, pensé que si hay justicia en el mundo, algún día debía haber otra que dijera: “En esta aula se examinó 32 veces la insigne escritora Montserrat del Amo”.

Al lograr matricularme, cursé las clases entre jóvenes, sentándome en el suelo cuando no había espacio, pero como supongo que sucede en todo el mundo, después de dos años muchos se retiraron y pude estudiar más a gusto. Me gradué de licenciada en Filosofía y Letras, con la especialización en Literaturas Hispánicas.

La docencia fue una actividad corta en su carrera. ¿Cuál fue su experiencia?

Tuve muchos trabajos desde muy joven, pues con el oficio de escritora no se gana el pan; tal vez, solo se consigue para la mantequilla y, aunque con ella sabe mejor, hay que buscarla en otra profesión.

Impartí clases solo por ocho años y en mi caso fue mi último empleo, porque luego de hacer mis cuentas, afortunadamente ya podía dedicarme por completo a la literatura.

Su bibliografía es extensa. ¿Qué títulos continúan editándose?

Los libros que siguen vivos, o reeditándose en Madrid, son unos 30. De todas mis publicaciones, 60 títulos son de literatura infantil, pero no quiero caer en el error de reeditar las primeras obras. Lo mejor lo escribí cuando ya había vivido muchas otras experiencias.

Muchos le preguntarán cómo escribir literatura infantil, ¿usted qué aconseja?

Quien quiera escribir para niños debe hacer una sola cosa: escribir. Mantener viva la propia infancia es indispensable. No creo correcto utilizar infantilismos, sino mantener fresca la forma de ver las cosas de los pequeños. Yo afirmo que todas mis obras parten de la realidad y que la inspiración es vivir con intensidad. Además, investigo mucho antes de escribir.

Planto ideas en mi imaginación y dejo que maduren. Imagino primero los personajes, y luego el argumento en una mezcla de fantasía y realidad, pero no empiezo con el texto, porque deseo que las obras se ajusten muy bien al contexto, por ello me documento para que sean una aportación cultural al lector, a pesar de que ese no es el objetivo de la literatura.

Aclaro que en la obra con la que gané el Premio de Literatura hay un extraterrestre. Honestamente, no he visto uno hasta ahora, en este caso debo decir que es un personaje simbólico.

Ha venido varias veces al país, ¿qué la motiva a regresar?

La primera vez fue hace 10 años, como turista, pero desde hace siete vengo a actividades literarias. No me creo los años que tengo. Muchos me preguntan qué hago viajando a América sola, pero este país me gusta mucho. Tikal me parece una ciudad mágica, yo creo que está infravalorada como destino de turismo. Además, es la ciudad más representativa de la cultura maya.

El nudo es un libro con el que ganó el premio, y se habla de que lo que más resalta es la técnica.

Yo no escribo fácil, y no me importa que el vocabulario que uso en una obra determinada esté por encima del utilizado por el lector, pues cualquier palabra es comprensible a través del contexto. Pero cuido mucho la composición gramatical y el uso de los pronombres, pues creo que es más fácil así disfrutar la lectura.

En cuanto a El nudo, se llama así porque el primer capítulo transcurre en la Prehistoria. La segunda parte inicia con un apelativo al lector, le digo: Tú eres el nudo, tú eres el nudo que ata el pasado con el futuro y ahora aquí tienes estas páginas en blanco para que cuentes tu historia, porque tú eres el nudo.

La tercera parte se desarrolla en el tiempo contemporáneo. Dos jóvenes están escalando y ven que hay algo entre el hielo parecido a un ser humano. Se acercan, y es un extraterrestre.

¿En qué se inspiró para el libro Río robado, que habla sobre Guatemala?

Parte de una experiencia que tuve aquí. Los amigos que me hospedan me llevaron a ver una cooperativa. Visitamos dos que cultivan café cerca de Sololá. Pasamos por un pueblo que tenía un largo puente, y desde allí se veía un río con poca agua.. Entonces pregunté al guía y me dijo que un terrateniente se había robado el río, porque había construido una represa y desviado el cauce hacia sus tierras. Me pareció una gran injusticia, ya que los pequeños agricultores perdieron sus cosechas y debieron emplearse con el mismo hacendado. Esa idea se me metió en la cabeza, escribí y publiqué hace poco. Ya se han vendido dos ediciones en España.

Presentar su más reciente libro la trajo esta vez al país. ¿De qué se trata?

Se titula Cuentos contados. En este libro recojo mi experiencia como narradora, porque dicen que el escritor nace, pero el narrador se hace. He utilizado mucho esta técnica como motivación a la lectura. La editorial me dio un buen número de ejemplares, por lo que vine a presentarlo a mis amigos de Guatemala y Ecuador.

¿Cuál es su recomendación para los padres que deseen motivar a sus hijos a la lectura?

Recordarse que saber leer no es solo tener en la mano un machete para trabajar. Los padres suelen decir a los niños: “Ya sabes leer, ahora saca buenas notas”. Y se puede obligar a leer, pero no a disfrutar de la lectura. De ahí que la narración oral es una herramienta para conectar a los niños con una lengua literaria que no solo da recados, sino busca crear belleza con las palabras. Contar bonito una historia es acercarlos a la literatura.

Para asombro de muchos, yo no soy opositora de la televisión o los videojuegos, porque amplían el contexto cultural de los niños. Lo importante es que los padres ayuden al niño a descubrir la lectura. Es cuestión de regular el tiempo de la lectura.

PERFIL

1960 Premio Lazarillo de Creación Literaria.

1971 Premio de la Comisión Católica Española de la Infancia.

1978 Premio Nacional de Literatura de España, categoría Infantil. 1993 Premio Complutense de Literatura Infantil y Juvenil.

1993 Premio Cervantes Chico de literatura juvenil (Ayuntamiento de Alcalá de Henares y la Asociación de Libreros y Papeleros).

2007 Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Ediciones.

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