Se espera que los conservadores de la Unión Cristiano Social (CSU), la ‘hermana pequeña’ de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), de Angela Merkel, obtengan una clara victoria. En el poder desde hace 56 años, la CSU podría recuperar incluso la mayoría absoluta que perdió en 2008. Un último sondeo publicado el jueves le otorgaba el 47% de las intenciones de voto, frente al 18% del Partido Socialdemócrata.
En este contexto favorable especialmente para la CSU, es el resultado del Partido Liberal FDP, socio de la coalición gubernamental saliente tanto a nivel regional como federal, lo que despierta un mayor interés. El FDP podría no superar el umbral del 5% de votos necesarios para participar en una asamblea legislativa en Alemania. Por tanto, cuanto menor sea el resultado que obtenga, mayor podría ser la tentación de algunos electores conservadores de votar a esta formación una semana después para salvar la coalición en el poder en Berlín.
Los primeros sondeos a pie de urna se esperan a las 18H00 (16H00 GMT), hora a la que cerrarán los colegios electorales.
Unas 9,5 millones de personas están llamadas a votar en este estado regional próspero, el mayor de Alemania y el segundo más poblado.
— Un gran balance económico —
Los conservadores pueden presumir de un excelente balance económico en Baviera. El Land tiene el menor índice de desempleo del país (3,8% en agosto, contra el 6,8% de media nacional) y la CSU espera obtener el pleno empleo en 2018.
Desde hace varios años, Baviera contrata a mano de obra calificada en el extranjero para hacer funcionar sus empresas de alta tecnología.
Su PIB es superior al de muchos países europeos y el Estado alberga las sedes de numerosas multinacionales, como el constructor automotor BMW, el grupo industrial Siemens, el de equipo de deportes Adidas o la aseguradora Allianz.
Baviera es además mundialmente conocida por su cerveza, y su célebre ‘Fiesta de la Cerveza’ y es uno de los Land más visitados del país, con 29,8 millones de turistas en 2011.
Antaño potencia agrícola, el Estado de Baviera se ha transformado profundamente en los últimos años, convirtiéndose en una de las locomotoras de la industria automotor, electrónica e informática, así como en un pilar del sector bancario y financiero. Pese a este desarrollo, Baviera se mantiene como primer productor agrícola del país.
Alemania, por su lado, es la primera potencia económica europea y la cuarta del mundo, por detrás de Estados Unidos, China y Japón.
Merkel ha multiplicado recientemente los desplazamientos a Baviera, realizando incluso una controvertida visita al campo de exterminio de Dachau, cerca de Múnich. Esta primera visita de un jefe de gobierno alemán a este lugar suscitó críticas, ya que fue inmediatamente seguida por un mítin electoral.