A comienzos de mayo, un partido entre el Zenit de San Petersburgo y el Krasnodar que debía disputarse en el nuevo estadio, de una capacidad para 68.000 plazas, fue trasladado a otro recinto para “preservar el césped” en vistas de la Copa de las Confederaciones (del 17 de junio al 12 de julio).
Diez años de construcción
La construcción de este estadio comenzó en 2007, pero el proyecto sufrió diversas modificaciones y su presupuesto se disparó a los 41.700 millones de rublos (unos 672 millones de euros), según la prensa rusa.
Ni Chile ni México, las dos selecciones latinoamericanas participantes en el torneo, tienen programados encuentros en este recinto en la primera fase.