Es una pregunta interesante. No creo que haya sido hecha así, pero realmente tiene que ver con el amor propio como nación. Tiene que ver con acuerdos comerciales que tienen que ser justos y, en cierto modo, recíprocos, si no es que totalmente recíprocos. Es una palabra que van a ver mucho, porque necesitamos reciprocidad en nuestros acuerdos.
Tenemos naciones donde recibirán hasta cien por ciento de un impuesto o un arancel por un cierto producto y para el mismo producto no recibimos nada; es muy injusto.
Lo verdaderamente interesante al respecto es que, si yo digo que vamos a aplicar un impuesto de 10%, los partidarios del libre comercio, un poco tontamente, dirán: “Oh, él no es partidario del libre comercio”, de lo cual sí soy, lo soy absolutamente.
Estoy a favor del comercio abierto, pero también quiero un comercio inteligente y justo.
Dirán: “No es partidario del libre comercio”, con el 10%, pero si digo que estamos aplicando un impuesto recíproco, pudiera ser del 62% o quizá el 47%, cifras enormes, y nadie puede quejarse al respecto.
Así que esta es la historia: tenemos demasiados malos acuerdos comerciales, hasta el grado en que no estoy seguro de que tengamos uno bueno.
El secretario del Comercio, Wilbur Ross, les dirá que en los tribunales en Canadá siempre perdemos. Bueno, los jueces son tres canadienses y dos estadounidenses. Siempre perdemos. Pero ya no vamos a perder.
Tengo una muy buena relación con el primer ministro Justin Trudeau, de Canadá, y una muy buena relación con el presidente de México. Yo iba a poner fin al TLCAN la semana pasada. Estaba totalmente decidido; es decir, la rescisión en seis meses.
Iba a enviarles una carta y, luego, después de seis meses, desaparece. Pero corrió la voz, ellos llamaron por separado, pero fue asombroso. Llamaron con 10 minutos de separación uno del otro. Acababa de colgar el teléfono con el presidente de México, cuando llamó el primer ministro de Canadá.
Ambos hicieron preguntas casi idénticas: “Nos gustaría saber si sería posible negociar, en lugar de la rescisión”, y dije: “Sí, lo es. Absolutamente”. Así que empezaremos.
Tenemos un problema porque tenemos una estipulación ridícula en el TLCAN de que tenemos que tomar la vía rápida, y la vía rápida es la vía más lenta que he visto.
Para tomar la vía rápida se tiene que dar aviso. Dimos aviso hace 70 días. Se llama período de prueba. Pero no es así como funciona la vida, porque cuando llaman y quieren hacer un acuerdo, yo no quiero tener que esperar cien días.
Presenté los documentos para obtener la aprobación para la vía rápida en el Congreso, y aún no me han dado la aprobación. La razón de que no lo hayan hecho es porque nuestro negociador comercial acaba de ser aprobado.
El reloj comienza a correr. Pero tenemos a dos personas que llaman diciendo: “¿Podemos negociar?” Yo digo que sí, y tengo que esperar cien días.
No sé cómo serán los cien días. Así que el TLCAN es un acuerdo desigual y horrible que nos costó millones y millones de empleos, y nos costó decenas de miles de millones de dólares.
Suena a que usted está imaginando una renegociación grande. ¿Cómo sería un TLCAN justo?
“Grande” no es una palabra suficientemente buena. Gigante.
¿Cómo sería un TLCAN justo?
Tiene que serlo. De otro modo, cancelamos el TLCAN. Estaba totalmente decidido a ponerle fin, y no estaba jugando. No estaba jugando ajedrez o póker o algo más. Nunca había siquiera pensado en renegociar. Yo no había pensado en nada más sino en la rescisión. Pero debido a mi relación con ambos, dije: “Me gustaría darle una oportunidad también”. Sería muy irrespetuoso con México y Canadá que yo dijera: “No lo haré”.
Pero, señor presidente, ¿qué tiene que cambiar para que usted no se retire?
Debemos poder hacer acuerdos justos. En este momento, Estados Unidos tiene un déficit comercial de casi US$70 mil millones con México y tiene un déficit comercial de alrededor de US$15 mil millones con Canadá.
La madera que proviene de Canadá la han estado negociando durante 35 años. Ha sido horrible para Estados Unidos. Ya saben, ha sido simplemente horrible.
¿Ese déficit de US$70 mil millones tiene que ser de cero para ser justo?
No necesariamente. En realidad puede darse, ya saben, en un período de tiempo bastante extendido, porque no busco sacudir al sistema. Pero tiene que volverse finalmente justo.
No tiene que pasar de inmediato a cero. Pero en cierto momento me gustaría que llegara a cero, donde en ocasiones nosotros podamos estar arriba y en ocasiones ellos.
Ha hablado sobre impuestos recíprocos. ¿Imagina eso con muchos países sobre muchos productos, o es una herramienta de negociación?
No. Pienso que puede ser de manera concebible con muchos países. Lo malo de los cien días es, dije el otro día: “¿Cuándo empezamos esta negociación?”. Dijeron: “Señor, no se ha activado todavía”, porque va con —Robert Lighthizer—, quien es nuestro representante. Dije: “Deben estar bromeando”. Así que es un verdadero déficit.
Ahora eso es algo en relación con el TLCAN. Porque todo en el TLCAN está mal.
En el caso de Corea del Sur, tenemos un acuerdo que fue hecho por Hillary Clinton, y es un acuerdo horroroso. Está en su quinto aniversario y corresponde la renegociación, y les hemos informado que negociaremos. De nuevo queremos un acuerdo justo. Si podemos tener acuerdos justos, a nuestro país le va a ir muy bien.
Sobre otro elemento de la Trumponomía, ¿quiere frenar la inmigración legal?
¡Oh, la legal, no, no, no! Quiero que la gente venga al país legalmente. Quiero que vengan con base en sus méritos.
En la actualidad, dos países que tienen sistemas muy sólidos son Australia y Canadá. Me gustan muchísimo esos sistemas, son muy buenos.
Claro que quiero que venga gente talentosa, quiero que venga gente que ame a nuestro país, que venga gente que vaya a contribuir. Queremos que venga gente y se comprometa a no recibir ninguna forma de subsidio para vivir en nuestro país durante al menos un período de cinco años.
¿Pero, la cantidad de esas personas pudiera ser tan alta como la que está viniendo ahora legalmente? ¿No está buscando reducir la cantidad?
Queremos que la gente venga legalmente. No, firmemente. Ahora van a ser mucho más investigados. Hemos roto el récord de todos los tiempos —detenciones en la frontera—. Estamos arriba en 73%, va a subir a casi 80% en la frontera. Realmente ya la hemos detenido.
También queremos que los trabajadores agrícolas puedan venir. Vamos a tener visas de trabajo. Tenemos a muchas personas que vienen a través de la frontera, son personas grandiosas y trabajan en las granjas y luego regresan.
Sobre los impuestos, ¿está contemplando cosas aparte de los recortes a los ingresos corporativos —impuesto al valor agregado—?
Bueno, saben, muchas personas consideran al impuesto fronterizo una forma de IVA.
¿Aún va a…?
Parte del problema con el TLCAN es que México tiene un IVA. Pagamos 17%, así que vamos abajo 17%, que va para México cuando comerciamos.
¿Consideraría un IVA para Estados Unidos?
El concepto realmente me gusta. Pero déjeme darle la mala noticia: no pienso que se pueda convencer a este país, porque estamos acostumbrados a un impuesto sobre el ingreso, le guste o no.
En los negocios usted lleva la cuenta de sus utilidades. ¿Cómo lleva la cuenta en la Trumponomía y en la política?
La cuenta va a ser al final del juego. Para mí, la cuenta va a tener que ser al final del juego. Vamos a estimular con los impuestos, porque vamos a recibir quizá un poquito menos, pero vamos a tener mucha más actividad, vamos a ver empresas que regresan al país.
Sé de muchas empresas que quieren regresar, pero no van a regresar debido a los impuestos. Se vieron obligadas a salir del país porque los impuestos eran demasiado altos. Mire lo que está ocurriendo en ciertos países. De hecho, poseo muchas propiedades en ciertos países donde fueron forzadas a salir.
Mire a Irlanda. Tengo una propiedad grandiosa en Irlanda que compré durante su crisis. Doy a los irlandeses mucho mérito, nunca elevaron sus impuestos. Uno habría pensado, cuando pasaron por eso, que habrían duplicado o triplicado sus impuestos. Nunca subieron ni un centavo. Pasaron por ello y ahora están prosperando. Irlanda ha hecho un trabajo increíble. Muchas empresas se han mudado a Irlanda y les gusta.
Pero vamos a lograr que muchas empresas regresen, y vamos a logar que muy pocas empresas se vayan de Estados Unidos, porque pasamos de la tasa impositiva más alta de … ya sabe, siempre dicen “los países importantes”, [pero] simplemente la tasa impositiva más alta, punto.
Luego, cuando se sumen todas las otras cosas, cuando se sumen las regulaciones al impuesto .. ha habido personas que me dicen que el recorte de esas regulaciones es más importante para ellas que reducir del 35 por ciento al 15 por ciento.
Si usted me hubiera dicho eso, antes de que yo conociera la respuesta, le habría dicho: “Nadie se inclinaría por las regulaciones”. Un 90 por ciento de las personas preferiría la reducción de las regulaciones. Así que, cuando se habla sobre el recorte de impuestos, la reducción de la regulación, la Dodd-Frank … Estarán haciendo un artículo sobre eso muy pronto, porque estamos haciendo una revisión enorme de la Dodd-Frank. Estamos haciendo cosas que van a mantener a la gente verdaderamente contenta.
Luego, finalmente, cuando yo deje la presidencia ? suponiendo que [Mike Pence] no me suceda, pero lo hará ? pero cuando yo deje la presidencia, lo que sucederá es que lentamente lo desmontarán, lo desmontarán, lo desmontarán, y luego, en 40, 50 años, alguien más llegará y lo incorporará de nuevo.
Vamos a recuperar el emprendimiento. Vamos a recuperar el entusiasmo. Si ustedes ven a las personas que leen su revista que están en este país, los niveles de entusiasmo ? lo saben porque lo ven ? están en los niveles más altos en que hayan estado.
Los niveles de entusiasmo de los manufactureros subieron 27 puntos en dos meses. Si sube un cuarto de punto, es algo enorme … subieron 27 por ciento en dos meses, a 93 por ciento, nunca han estado ni siquiera cerca. El entusiasmo por los negocios es el más alto que haya existido.