“Nosotros no tenemos mayores detalles”, añade la información de la misión diplomática, la que expresó decepción por el suceso.
“El fallo condenatorio contra Contreras fue un adelanto muy importante en los esfuerzos por finalizar la impunidad en Guatemala; su fuga es un revés muy grave”, hace notar.
La embajada estadounidense, que fue informada por el gobierno de la fuga del militar, espera que también tome las medidas apropiadas para aprehender de nuevo a Contreras “a la mayor brevedad posible”.
Era vigilado
Aunque hubo condena contra los autores materiales de la muerte de Devine, se supo, por medio de testimonios de los mismos que Contreras Alvarado, alias “Hugo el maldito”, habría ordenado vigilar “al gringo” –Devine- quien luego de haber sido secuestrado fue vejado, torturado y asesinado.
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Contreras fue sentenciado a 20 años de prisión, por la sala cuarta de la Corte de Apelaciones, constituida en tribunal militar, por su implicación en el asesinato del ciudadano norteamericano Devine.
Al momento de escapar, Contreras Alvarado guardaba prisión en el cuartel Justo Rufino Barrios. Hasta el momento, se desconoce su paradero.
El crimen
Una pequeña nota del 10 de junio de 1990 informó sobre la muerte de Devine, así:
Matan a norteamericano
El norteamericano Michael Vernon Devine, secuestrado de 49 años, originario de Illinois, fue secuestrado el 8 de junio por un grupo de hombres no identificados que le interceptaron el paso a inmediaciones de una finca de Poptún, Petén.
Ayer fue localizado su cadáver entre unos matorrales, a tres kilómetros de la misma población, informó nuestro corresponsal.
El norteamericano, quien era guía de turismo y propietario de la fonda Xobel, se dirigía en el vehículo placas P-222380, transportando mercaderías diversas a una finca de Poptún, al momento de ser interceptado.
El norteamericano fue atado y vejado; después lo decapitaron. Los criminales se llevaron el dinero en efectivo que portaba y el reloj de pulsera. (G. Palacios.)
Repercusión internacional
Además del reclamo oficial de Estados Unidos, el caso dio la vuelta al mundo y causó revuelo, debido a que Devine era ampliamente conocido en el sector empresarial de Petén.
Una nota de El País, de España, del 15 de mayo de 1993, indicaba: El capitán Hugo Roberto Contreras Alvarado, de los servicios de información de las Fuerzas Armadas guatemaltecas, se fugó ayer del Cuartel General del Ejército, la base militar más importante del país, 48 horas después de haber sido condenado en segunda instancia por un tribunal militar a 20 años de prisión por haber ordenado el secuestro y asesinato del ciudadano estadounidense Michael Devine en julio de 1990.
El asesinato de Devine, un agricultor, se produjo en el marco de una matanza colectiva de campesinos perpetrada por soldados en Poptún, en el norte del país.
El capitán, de 38 años, fue absuelto en primera instancia en septiembre pasado, lo que provocó la suspensión de la ayuda militar norteamericana. Su condena posterior fue bien acogida por el Departamento de Estado, que la calificó de “precedente importante”, ya que era la primera vez que se condenaba en Guatemala a un militar por ordenar un asesinato.
La fuga del capitán provocó una reacción inmediata del Gobierno de Washington que, a través de su Embajada en Guatemala, instó al Gobierno de Jorge Serrano a que adopte todas las medidas necesarias para lograr la captura inmediata del oficial prófugo.
La fuga de Contreras Alvarado se produjo en momentos en que Guatemala vive una espiral de violencia callejera, debido a los desórdenes provocados por los alumnos del ciclo secundario, que piden la implantación de un documento de identidad estudiantil que les permitiría viajar gratuitamente en los transportes urbanos.
La ola de violencia alcanzó su máxima expresión con la muerte del estudiante Abner Hernández Orellana, de 17 años, herido de bala, presuntamente por uno de los guardaespaldas al servicio del presidente del Congreso, cuando varios millares de estudiantes atacaron con piedras y botellas incendiarias a los coches de los parlamentarios, aparcados frente al Congreso.
El servicio urbano de autobuses está paralizado, las clases han sido suspendidas en los colegios públicos y privados, y el casco viejo de la capital ha sido virtualmente tomado por la policía. Se ha prohibido incluso el acceso a varias zonas del centro. Este panorama ha provocado un endurecimiento del Gobierno, y el presidente Serrano advirtió que recurrirá si es preciso al estado de excepción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de mayo de 1993
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Hasta el momento, Contreras Alvarado permanece prófugo, y el caso quedó en el olvido.