Lula (71 años) y Moro (44), frente a frente. Finalmente.
“El expresidente está preparado para dar su testimonio al juez Sergio Moro. Y va con la fuerza de la verdad”, dijo su abogado defensor, Cristiano Zanin Martins.
Pese al consenso generalizado entre analistas de que Lula, señalado por la fiscalía general como el comandante de la red de sobornos en Petrobras, será condenado en esta primera instancia, Martins sostiene que aún no han probado una sola de las acusaciones.
“No tuvo ninguna participación en un esquema ilícito en Petrobras. Nada demuestra que eso pasó. Al contrario, las pruebas demuestran su inocencia. Y ahí es donde se constata que es un asunto político Para qué continuar acusando a Lula si ya demostró su inocencia?”, agregó.
El expresidente lidera holgadamente los sondeos de intención de voto para los comicios de 2018 y los estudios más recientes muestran que la brecha en su favor crece, pese a tener un amplio índice de rechazo junto a su Partido de los Trabajadores (PT), que fue barrido en las últimas elecciones municipales.
Sentencia
La sentencia se conocerá entre 45 y 60 días después y sería la primera ligada al exmandatario en el marco de la Operación Lava Jato, que desvendó un fraude de más de US$2 mil millones en la petrolera estatal.
De acuerdo con las leyes brasileñas, Lula no podría postularse si una eventual condena es ratificada en segunda instancia, que según los plazos habituales del tribunal en el estado de Paraná, es un proceso que suele insumir un año.
El expediente, conocido como el “apartamento de Guarujá”, es una de las cinco acusaciones que hasta el momento pesan en contra de Lula, por corrupción pasiva, lavado de dinero, tráfico de influencia y obstrucción a la justicia.
El exmandatario niega todos los cargos y afirma que se trata de una ficción creada para maquillar una disputa política que pretende impedirle volver al poder en 2018, cuando lidera todos los sondeos de intención de voto.
La fiscalía lo acusa de haber recibido US$1.16 millones de OAS, incluyendo el apartamento de Guarujá (Sao Paulo) y si se benefició del costeo del almacenamiento de sus bienes personales y de su acervo presidencial entre 2011 y 2016.
Si es condenado, y el fallo ratificado en segunda instancia, el hombre que ganó fama mundial por capitanear el “milagro brasileño” hace una década deberá bajarse de la carrera al 2018.
El día D del interrogatorio estuvo precedido por un nuevo cimbronazo en su contra: un juez de Brasilia ordenó suspender las actividades del Instituto Lula, que transmite su legado político, por sospechar que esa entidad podría haberse usado para cometer “varios ilícitos criminales”.
La suspensión fue firmada el 5 de mayo y comunicada el martes, víspera de la audiencia.