Kelly, que conoce bien Honduras, Guatemala y El Salvador desde su época como jefe del Comando Sur de Estados Unidos, ayudó al gobierno del ex presidente Barack Obama a diseñar su Alianza para la Prosperidad.
Esa iniciativa de 750 millones de dólares trató de reducir la migración centroamericana vía proyectos de desarrollo, así como la financiación de ley y orden para acabar con las pandillas que controlan la región.
Kelly apunta a una reestructuración de la alianza sin un gran aumento del financiamiento presionando a México para que asuma más responsabilidades de gobernabilidad y seguridad en Centroamérica, y resaltando nuevas inversiones privadas para la región, dijeron diplomáticos estadounidenses y mexicanos.
“Lo que vamos a ver es (…) un mayor compromiso directamente entre los gobiernos de Centroamérica y de México (…)(y) un mayor esfuerzo para integrar el lado económico con el lado de la seguridad”, dijo a Reuters el secretario adjunto de Estados Unidos para Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, William Brownfield.
“Vamos a ver una estrategia que ya se ha desarrollado, pero recibirá mayor impulso el próximo año y el siguiente”, destacó.
La alianza reformada contrasta con algunas de las opiniones aislacionistas que se impulsan en la Casa Blanca. Sin embargo, es consistente con los esfuerzos de la política exterior del presidente Donald Trump de presionar a China para que haga más para enfrentar la amenaza nuclear de Corea del Norte y conseguir que los aliados europeos recojan más para la OTAN.
El plan también coloca a México en una posición delicada. El presidente Enrique Peña Nieto ha expresado reiteradamente su deseo de mantener el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que se ha convertido en un pilar de la economía mexicana.
Pero debe evitar parecer que cede ante Trump, que ha enfurecido a los mexicanos con sus amenazas de retirarse del TLCAN y obligar a México a pagar por un propuesto muro fronterizo.
“Queremos estar en buenos términos con ellos, porque estamos lidiando con un tema mucho más importante”, dijo un diplomático mexicano de alto rango que no estaba autorizado a hablar públicamente. “A cambio, queremos una renegociación benéfica del TLCAN”, agregó.
Ni Kelly ni el DHS respondieron a solicitudes de comentarios.
La nueva alianza se consolidará en Miami el próximo mes, cuando funcionarios estadounidenses, mexicanos y centroamericanos se reúnan para negociar varios temas, incluido el papel de México, según un borrador de la agenda estadounidense obtenida por Reuters.