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Qué es y qué significa la Asamblea Nacional Constituyente que convocó el presidente Nicolás Maduro en Venezuela

Había indicado que habría anuncios "históricos" en la marcha del 1º de mayo. Y cumplió su palabra.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este lunes que va a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. AFP

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este lunes que va a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. AFP

Tras un mes de protestas de la oposición contra su gestión, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, firmó este lunes en la noche en el palacio de Miraflores el decreto de convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente “para reformar el Estado y redactar una nueva Constitución”.

Aunque no detalló cómo será la elección de los constituyentes, esto es por el momento lo que se sabe del proceso, que fue descrito por la oposición como la “consumación del golpe de Estado continuo de Maduro a la Constitución”.

¿Qué es la Asamblea Nacional Constituyente?

Maduro invocó el artículo 347 de la Constitución venezolana, que dice lo siguiente:

“El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”.

El presidente tiene potestad para ello, de acuerdo al artículo 348, aunque no podrá objetar la Constitución que resulte de ella y que podría poner fin a la aprobada en 1999 tras la llegada al poder de Hugo Chávez.

¿Quiénes forman la Asamblea y cómo se eligen?

El presidente explicó que la Constituyente estará formada por 500 miembros y que será elegida por “voto del pueblo”.

De los 500, “aproximadamente unos 200 o 250 serán electos por la base de la clase obrera”. No dio más detalles sobre cómo será la elección.

Por otra parte, explicó que los pensionados van a tener “por primera vez en la historia” sus constituyentes elegidos directamente por ellos. También los indígenas, los estudiantes y la juventud, así como las comunas.

Los otros 250 se elegirán “en un sistema territorializado, con carácter municipal, en las comunidades, con voto directo, secreto”, añadió.

Según el experto constitucionalista José Ignacio Hernández, “la Asamblea debe estar conformada por los ciudadanos que, mediante el sufragio directo, secreto y universal, son elegidos constituyentes, más allá de la clase a la cual pertenecen”.

Poco antes de la firma del decreto, Maduro habló de “elección directa y secreta”, pero no mencionó la palabra “universal”.

De momento no hay fechas para la elección, pero Maduro anunció la creación de una comisión presidencial, dirigida por Elías Jaua, actual ministro de Educación, exvicepresidente, exministro de Comunas y uno de los gestores principales del sistema de asistencia, autogestión y poder local del chavismo.

El presidente pidió buscar a los mejores candidatos para tener “una mayoría arrasadora del pueblo chavista”.

Maduro señaló que en las próximas horas entregará al Consejo Nacional Electoral (CNE) las bases de esta convocatoria.

“Será una Constituyente ciudadana, popular, obrera. Una constituyente chavista (…) Convoco una Constituyente ciudadana, no una Constituyente de partidos ni élites”, agregó.

El constitucionalista Hermann Escarrá, miembro de la comisión presidencial, dijo en una entrevista de radio que la nueva Carta Magna debería ser sometida a referendo, pero Maduro no dio detalles.

¿Qué dice la oposición?

Un día antes del anuncio de Maduro, el dirigente opositor y presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, adelantó que una medida así estaba en camino.

“Cualquier forma que quiera avanzar sin el acuerdo el pueblo venezolano es un golpe”, dijo Borges.

Y este lunes, tras el anuncio oficial, reiteró: “Es la consumación del golpe de Estado continuo de Maduro a la Constitución”.

“Maduro acaba de matar y asesinar el legado de Hugo Chávez a Venezuela que era la Constitución”, indicó Borges.

Borges opinó que una constituyente comunal no sería “electa por el pueblo” y por lo tanto no tendría “los poderes que son del pueblo”.

“Van a querer materializar un golpe de Estado con una constituyente comunal para dar un salto tipo Cuba”, había dicho Borges el domingo.

El presidente de la Asamblea Nacional afirmó que la iniciativa oficialista busca “huir del voto universal, directo y secreto del pueblo que en las calles exige respeto a la Constitución”.

Al poco de conocerse la noticia, el líder opositor Henrique Capriles escribió en Twitter: “Frente al fraude constitucional de constituyente que acaba de anunciar el dictador, ¡Pueblo a la calle y a desobedecer semejante locura!”.

La oposición convocó a nuevas acciones de calle para este martes y miércoles, además de la cacerolada de protesta de este lunes por la noche.

¿Qué cambia en la práctica?

El anuncio de Maduro deja claro algo que el chavismo ya había adelantado con la aprobación de un Parlamento Comunal en 2015, justo después de las legislativas que ganó la oposición pero antes de que se inaugurara el nuevo Parlamento.

Dicha organización, según anunció el Gobierno en su momento, buscaba crear “un poder que le permita al pueblo disponer de recursos, jefaturas, toma de decisiones, leyes, forma de vida”.

Aunque las organizaciones comunitarias en Venezuela ya tienen un gran alcance a través de al menos 45 mil consejos comunales, la Constituyente le puede dar más prominencia y legitimidad constitucional.

Varios partidarios del chavismo han celebrado esta medida como una forma de reducir el poder y el espacio al sector privado y a la “burguesía”.

En el escenario también emerge ahora la celebración de unas elecciones, pero habrá que ver quiénes son exactamente los que pueden participar en ellas.

Por otra parte, la oposición, sin poder institucional, ha llamado a más protestas y a desconocer la Asamblea Constituyente.

Así que es probable que continúe la tensión en la calle.

Al menos un tercio de los venezolanos pertenece a los sistemas de beneficios comunales del Gobierno y puede, si se gestiona exitosamente, beneficiarse de estos mecanismos de asistencia estatales.

Sin embargo, es poco probable que la crisis económica -generada por el estancamiento de la producción nacional, la baja de los precios del petróleo y la merma del sector privado- se solucione a corto plazo, así como la inseguridad, que hace de Venezuela uno de los países mas violentos del mundo.

¿Qué pasa con la Constitución actual?


La actual Carta Magna, promulgada en 1999 tras la llegada al poder de Hugo Chávez, será sustituida por la nueva.

Pero Maduro no quiere que se vea como una traición al que fue su antecesor y padre político, sino un “perfeccionamiento” del plan revolucionario y socialista del presidente fallecido en 2013.

Por ello propuso que las grandes misiones y los derechos de la juventud venezolana formen parte de la nueva Constitución, como una manera de proteger a largo plazo las políticas sociales de la revolución bolivariana.

Con ello quedaría estampado en la Carta Magna una concepción socialista del Estado que en la última década tanto los gobiernos de Chávez como de Maduro han ido reflejando en la práctica.

“Este es el viejo sueño de Hugo Chávez, pero en 1998 las condiciones no estaban dadas”, dijo Maduro este lunes, apelando a los muchos simpatizantes del que fuera presidente.

¿Cuáles son las incógnitas?

Se desconoce qué papel tendrá la actual Asamblea Nacional, de mayoría opositora desde las elecciones legislativas de diciembre de 2015, y que de facto casi no tiene poder porque el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la considera en desacato y tumba sus principales iniciativas legislativas.

La apropiación por parte del TSJ de poderes del Parlamento generó la actual ola de protestas que dura ya un mes y que continuó con una gran marcha opositora este 1º de mayo.

Otro dato a definir es cuándo, cómo y quiénes elegirán a los 500 constituyentes. En teoría, en una Constituyente debe estar representado el “pueblo de Venezuela”, según la Constitución, pero Maduro no dijo qué papel jugará la parte del pueblo próxima a la oposición, mayoritaria de acuerdo a las últimas elecciones: las legislativas de diciembre de 2015.

Maduro habló de voto secreto y directo, pero no dijo si será universal. ¿Y se aprobará por referendo? Una duda más.

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Otra incógnita, de hecho, es cómo responde la gente a los llamados de desobediencia y de lucha en la calle de los líderes opositores y si eso puede generar más violencia en un clima de tensión que ha provocado ya casi 30 muertos en el último mes.

Este martes habrá una paralización de vías y para el miércoles está prevista una gran actividad.

Y habrá que ver si la oposición acude a una elección en la que parte en desventaja por no tener cobertura comunal. Es posible que haya opiniones discrepantes.

Además, se desconoce qué pasará con el cronograma electoral, lo que permite al Gobierno ganar tiempo.

Siguen en el aire las elecciones regionales, que estaban previstas para finales de 2016, y las municipales, que deberían ser este año. Las presidenciales, en principio, serán a final de 2018, pero si se refunda el Estado, es posible que no se celebren y Maduro continúe o se celebren más tarde.

Tras el anuncio de este lunes, se abre una nueva era en Venezuela que deja de momento más dudas que certezas.

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