Según José Calderón, director del Centro de Aprendizaje de Lenguas de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Calusac), el inglés es la primera puerta que hay que cruzar para desarrollarse en un mundo globalizado. En la institución a su cargo, el 73% de los estudiantes optan por aprenderlo, pero hay otros idiomas que van ganando terreno.
Lucrecia Álvarez, directora académica de la Academia Europea, señala que por detrás del inglés, los guatemaltecos buscan el francés, alemán y portugués. En Calusac, a la lista se añade el italiano, aunque también hay interés por aprender mandarín y coreano.
Cualquiera lengua que se elija, estos son los beneficios para el cerebro:
- Aprender un idioma diferente al materno es un ejercicio mental que requiere de esfuerzo, por ello, ayuda a mejorar la capacidad de concentración y la memoria, lo que puede retrasar la aparición del Alzheimer, al menos cinco años.
- Los bilingües logran una mayor flexibilidad cognitiva, lo que le permite adaptarse a circunstancias inesperadas.
- Se procesan las palabras con mayor rapidez al igual que crece la capacidad, en tiempo y eficiencia, en la toma de decisiones.
- Permite desarrollar la habilidad de analizar y discernir mejor para cambiar el chip y pensar en qué idioma va hablar. El cerebro está procesando con mayor intensidad dos cosas simultáneamente.
- Aprender una segunda lengua permite expandir la mente a otras formas de conocimiento para adquirir nuevos conceptos y expresiones de otras culturas.