Un ejemplo de ello es Robín Daniel Bonilla, de 15 años, quien ha sobresalido por sus logros académicos en el Centro de Educación Continuada para Adolescentes con Discapacidad Auditiva (Cecada), zona 1 de la capital, donde cursa sexto primaria.
Sus compañeros aseguran que es un ejemplo, pues además de practicar diferentes deportes y participar en actividades culturales tiene una beca para estudiar mecánica automotriz.
“Cuando se tienen sueños y metas que cumplir, ninguna discapacidad es un obstáculo para alcanzarlos”, expresa Bonilla, que afirma que su materia preferida es matemática y quiere ser auditor.
Sucely Barahona, maestra de Bonilla, dice que su esfuerzo para sobresalir es notable, pues cada día se esmera por aprender nuevas cosas y hacer bien sus tareas.
“Robin es un líder. Le gusta apoyar a sus compañeros, es muy inteligente, responsable y cariñoso; tiene bien claros sus objetivos y lo que quiere ser y alcanzar”, añade Barahona.
Fue diagnosticada con sordera profunda desde su nacimiento, por lo que sus padres decidieron inscribirla en los centros educativos del Comité Pro Ciegos y Sordos. Luego fue trasladada a un plantel regular, donde se graduó de maestra de Educación Preprimaria. Actualmente imparte clases en el Centro de Comunicación Total para Niños Sordos, donde disfruta al enseñar a niños que también son sordos.
Los sueños de Marcelina Pedro López, 15, estudiante del Centro Educativo Regional para Niños Sordos Doctora Elisa Molina de Stahl, en Quetzaltenango, van más allá de ser repostera, pues asegura que quiere ser policía para contribuir a fortalecer la seguridad en su comunidad.
Su padre, Gumercindo Pedro, comenta que gracias a que conoce el lenguaje de señas no tiene ninguna dificultad para comunicarse con sus tres hijos, que tienen discapacidad auditiva.
“Al principio fue difícil aceptar la discapacidad de mis hijos, pero gracias al apoyo de los centros educativos de Pro Ciegos y Sordos han podido salir adelante”, refiere Pedro, quien añade que Marcelina también ha destacado en el atletismo, pues ha participado en competencias centroamericanas.
Ana Chamalé Rosales, 14, de La Fragua, Zacapa, afirma que con valentía y perseverancia ha logrado superar las difíciles pruebas de la vida, pues además de su discapacidad auditiva es sobreviviente de leucemia.
Perdió totalmente la vista hace unos seis años, debido a un desprendimiento de retina. Asegura que lo más difícil fue aceptarlo, pero con el apoyo de sus padres y maestras del Centro para Niños Sordos Doctora Elisa de Stahl, en Xela, ha podido salir adelante. “Es necesario levantarse y luchar por los sueños”, expresa González, cuyo objetivo es ser bachiller en Computación.
“Gracias al apoyo de mis padres y de las maestras del Centro Educativo para Niños Sordos María Teresa Ordóñez de Rodríguez, en Zacapa, he podido superar las adversidades”, aseguró.
La madre, Mirna Rosales, expresó: “Ana ha sido un ejemplo de lucha, pues además de que no escucha, cuando tenía 8 años fue arrollada por un vehículo”.
Social y educativa
El Benemérito Comité Pro Ciegos y Sordos de Guatemala es una institución privada no lucrativa, social y educativa, fundada el 3 de diciembre de 1945, con el objetivo de brindar servicios integrales para la atención y prevención de problemas visuales y auditivos, así como facilitar la inclusión social de la población atendida.
Edílzar Castro Quiroz, director de la División de Educación y Rehabilitación, expresa que esa división maneja 25 programas, entre ellos 11 centros educativos y de rehabilitación para personas con discapacidad auditiva y visual en Guatemala, Retalhuleu, Zacapa y Quetzaltenango.
“Actualmente, más de 160 maestros, psicólogos, terapistas del lenguaje, pedagogos, secretarias y trabajadoras sociales brindan atención a mil 475 estudiantes de entre 1 y 92 años, de todos los programas y centros educativos del país”, explica.
Manifiesta que en los centros de discapacidad visual se trabaja con base en el currículum nacional base del Ministerio Educación y se utiliza tecnología en computación, por medio del software Jaws o lector de pantalla que se aplica a los programas de Office.
En los centros de discapacidad auditiva se utiliza alta tecnología para lograr apoyar el servicio de terapia del lenguaje.
A sus 14 años, María ha demostrado que con voluntad y esfuerzo se pueden vencer todos los obstáculos que significa vivir en silencio. Actualmente es estudiante destacada en el Centro Educativo para Niños Sordos Ruth Villa de León, El Asintal, Retalhuleu, y sueña con graduarse en la universidad. “Estoy orgullosa de mi hija, quien ha desarrollado la habilidad de la pintura y la matemática”, dice Marta Cifuentes.
“Los alumnos de todos los centros, además de recibir estimulación y apoyo psicológico, se involucran en actividades deportivas, sociales, culturales y artísticas. El objetivo es que derriben barreras de comunicación y tengan una vida inclusiva”, señala Castro Quiroz.
Agrega que las cuotas escolares se aplican de acuerdo con un estudio socioeconómico practicado por el Departamento de Trabajo Social.
Según Castro, además de la División de Educación y Rehabilitación cuentan con la división de Salud, integrada por un instituto de ciencias de la visión y siete hospitales que brindan servicios especializados de oftalmología y otología en la capital, Chimaltenango, Alta Verapaz, Retalhuleu, Quetzaltenango, Zacapa y Chiquimula.
Los estudiantes del Centro de Educación Continuada para Adolescentes con Discapacidad Auditiva (Cecada), en zona 1 de la capital, participan en un acto cívico.