DESDE GINEBRA

Incertidumbre en el Comercio Internacional

Eduardo Sperisen

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Nos encontramos en un mundo agitado, inmerso en cambios. Continúan diversas interrogantes sobre  qué nos deparará el año 2017. Sin embargo, el tiempo avanza y ya ha concluido el primer trimestre del año.

China parece emerger cada vez más, como la súper potencia mundial. Es ya la segunda economía grande del mundo después de los Estados Unidos. No está lejos de superar a los Estados Unidos en un futuro próximo y convertirse en la primera potencia global.
 
América Latina se encamina hacia una redefinición en varios aspectos de mucha importancia. Algunos de los gobiernos electos recientemente se están alejando de ideologías de izquierda hacia el centro. En el ámbito económico, se espera que en 2017, tras dos años seguidos de contracción,  las economías de América Latina y el Caribe crezcan aproximadamente un 2%. Esto nos da cierta esperanza, pero no significa que podemos estar satisfechos, pues seguimos por debajo del crecimiento proyectado. Debemos tomar en cuenta la vulnerabilidad de América Latina ante los vientos que soplan, en un año que promete será económicamente incierto.
 
En 2017, la turbulencia política de Estados Unidos y de la Unión Europea nos indica que se inicia una época que cambiará el mundo de la política, la estructura económica, el poder y la gente, en medio de un prolongado estancamiento global, originado desde la crisis financiera del 2008. En este contexto, la globalización parece estar en retroceso y el comercio está perdiendo peso de alguna manera, como motor del crecimiento global, sobre todo en los países en desarrollo, debido al descontento generado por la dinámica actual. La Organización Mundial de Comercio ha advertido desde hace varios años sobre el efecto negativo de un aumento en las restricciones al comercio, observado en un número creciente de países. 
 
En la esfera comercial, un distanciamiento entre los Estados Unidos y China parece estarse generando, ante la amenaza del incremento de los aranceles a la importación de productos chinos, en una época en la que la economía china se ha desacelerado. 
 
China es fundamental para el comercio global y una confrontación comercial entre estas dos potencias comerciales, podría generar una recesión global. La relación bilateral entre China y los EE. UU. es clave para el comportamiento de la economía mundial.
 
En términos generales, son varios los cambios que afectan la economía mundial. El alto grado de interconexión entre las economías,  en un contexto marcado por la inestabilidad del precio del petróleo, el incremento en las tasas de interés y el deterioro de las monedas nacionales frente al dólar son todos elementos cruciales. El riesgo de potenciales guerras comerciales constituye una importante amenaza en la dinámica de la globalización.
 
Ante la pregunta de si 2017 será mejor que 2016, el estancamiento global del cual no ha logrado salir la economía mundial desde hace casi una década deja ver que 2017 será también un año complejo en los ámbitos político y económico. 
 
Sin embargo, a pesar de los pronósticos sombríos y de las diversas interpretaciones, que abarcan desde análisis serios hasta explicaciones fantasiosas, como el fin del sistema global y del funcionamiento de los mercados o del neoliberalismo, es importante tener la esperanza de que 2017 constituirá también una gran oportunidad para comenzar cambios positivos, encaminados a la eliminación de la pobreza en el mundo, en línea con los objetivos del desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de las  Naciones Unidas.

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