El diario colombiano El Tiempo entrevistó a los padres del policía héroe con quien se comunicaron por última vez el viernes pasado.
“Papá, por aquí llueve mucho” es la frase que le repetía el policía a sus padres cada vez que llamaba para reportarse. El padre del servidor público relató a El Tiempo que, según testigos, Desiderio “iba en un carro de la Policía y se bajó para rescatar a una niña de 12 años a punto de ahogarse, pero una fuerte corriente los arrastró a los dos”.
Este es el Policía que entregó su vida por salvar a una niña de la avalancha en Mocoa https://t.co/oMip9tAM7l pic.twitter.com/96bm2gsDh5
— EL TIEMPO (@ELTIEMPO) April 2, 2017
El ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, también informó de que ocho guardianes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) están entre los damnificados porque perdieron sus viviendas y enseres en la riada.
La tragedia en Mocoa empezó la noche de este viernes, cuando un fuerte aguacero aumentó el caudal de los ríos Mocoa y de sus afluentes Sangoyaco y Mulatos, cuyo desbordamiento provocó una avalancha de agua y piedras que se llevó todo lo que encontró a su paso.
Hasta el momento, los reportes indican que hay 283 muertos y más de 200 heridos, si bien la cifra de desaparecidos no ha sido establecida, aunque se estima en más de 200.
Al enterarse, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, viajó a Mocoa para supervisar las tareas de rescate que están a cargo principalmente de las unidades militares en esa zona del país limítrofe con Ecuador.
Noche triste
El panorama en el sitio era desolador, con las calles cubiertas de lodo, militares cargando niños entre piedras y ramas taponeando vías y gente en shock buscando cuerpos entre los escombros y vehículos destrozados, según constató un corresponsal de la agencia AFP.
Mocoa, de unos 40 mil habitantes, seguía sin energía eléctrica y sin agua corriente, servicios que el gobierno intentaba restablecer.
Aeronaves no tripuladas sobrevuelan lugar de avalancha, realizando monitoreo permanente a caudal y tragedia; Cte. #FAC #GRCarlosBueno pic.twitter.com/P2aMkT3RRC
— Fuerza Aérea Colombiana (@FuerzaAereaCol) April 1, 2017
“Anoche se podía escuchar el sonido del río y por eso mi familia salió, porque supo que venía la avalancha”, contó Harvey Gómez, un empleado público de 38 años que cuidaba la devastada casa de sus tíos, donde preveía pasar la noche para tratar de recuperar alguna pertenencia del barro.