El documental plantea la posibilidad, apoyada en las conclusiones de la autopsia, de que el actor sobreviviera al accidente que le costó la vida en 2013.
Según la versión oficial, Walker murió después de que el carro deportivo Porsche Carrera GT, conducido por el piloto de carreras y amigo del actor, Roger Rodas, chocara contra una farola y dos árboles en la ciudad de Santa Clarita (California).
Ni Walker ni Rodas se encontraban bajo los efectos del alcohol o de los estupefacientes, pero la velocidad a la que circulaban era altísima: de entre 130 y 150 kilómetros por hora, dos veces más de la permitida.
Uno de las personas entrevistadas en el documental, el abogado Craig McClellan, especializado en litigios contra productoras de automóviles por accidentes de tráfico, afirma que “pudo sobrevivir” a la colisión. Según el documental, el conductor del vehículo murió por el impacto, mientras que Walker perdió la vida por el incendio que se declaró después.
La autopsia mostró que había partículas de hollín en su tráquea, lo que quiere decir que “estaba respirando” cuando se desató el fuego, afirma el abogado. “No pudo salir [del vehículo] porque estaba atado”, explica.
Según el abogado, el carro “básicamente se partió en dos partes”, enviando en direcciones contrarias el compartimento delantero de pasajeros y el del motor y el tanque de gasolina. Sin embargo, el actor quedó atrapado en medio, “aplastado contra su asiento”, lo que fracturó sus “costillas, clavícula y el brazo”, añade.