El entierro de Samuel, difundido por las redes sociales, tuvo lugar en el cementerio de Barbate, en la provincia de Cádiz (sur).
“Lo llamamos el Aylan español”, en referencia al niño sirio de 3 años hallado muerto en septiembre del 2015 en una playa turca, y cuya foto estremeció al mundo entero, dijo Carlos Arce, coordinador de migración de la Asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía (APDHA).
“Nos parece un caso similar, por su corta edad, y porque pone rostro a todas las muertes desapercibidas”, explicó.
Desde que comenzó el 2017, 521 migrantes han muerto cruzando el Mediterráneo, 42 de ellos intentando llegar a España, según un balance al 5 de marzo publicado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Al igual que Aylan, Samuel murió al mismo tiempo que su madre y otros migrantes, víctimas de un naufragio. Su balsa inflable proveniente de Marruecos se habría hundido el 11 de enero, indicó Arce.
El cadáver del niño apareció el 27 de enero en una de las playas de Barbate, una población de 22 mil habitantes en la costa atlántica.
El 1 de febrero tuvo lugar una ceremonia con un centenar de personas que oraron y lanzaron flores al mar en memoria del pequeño.
Su madre de 45 años, Verónica, debía ser enterrada en Argelia, a donde llegó su cuerpo, según su familia.
Su padre, Aimé Kabamba, pudo viajar a Andalucía a identificar a su hijo y participar en los funerales, gracias a una visa que le otorgó España en Kinshasa, informaron los medios españoles.
En rueda de prensa en Cádiz, relató que su esposa sufría “de un tumor canceroso detrás de la oreja” y que “la idea era que obtuviera un buen tratamiento” médico en España.
Con ella viajaba el menor de sus seis hijos.
En el 2016, seis mil 726 migrantes fueron recuperados en aguas españolas a bordo de 464 precarias embarcaciones, según el organismo público de Salvamento Marítimo.
La ONU ha cifrado en más de cinco mil los migrantes que murieron el año pasado en su intento de atravesar el Mediterráneo hasta Europa.