Sin embargo, señaló, a pesar del interés de la misma secretaria general, del presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, y de otros mandatarios, en “avanzar en este tema”, no se prevé que la asamblea general emita alguna resolución sobre este tema.
El secretario general del organismo hemisférico, el chileno José Miguel Insulza, ha sido cauto respecto a las expectativas sobre los resultados de la asamblea.
Ayer, tras entrevistarse en privado con Pérez Molina, aclaró a los periodistas que “la asamblea no aprobará” el informe sobre la situación del consumo de drogas en las Américas elaborado por un grupo de especialistas internacionales.
El documento, explicó, “solo será una plataforma de discusión” para que los Cancilleres de los Estados miembros de la OEA “lleguen a un acuerdo para ver qué organismo dará seguimiento al estudio”.
A dos días de que inicie la asamblea, la cual se celebrará en la colonial ciudad de Antigua, a 45 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca, los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) aún no se ponen de acuerdo “en dos puntos” de la declaración final.
“Hay posiciones encontradas respecto al futuro de la discusión sobre el tema de las drogas”, dijo el funcionario guatemalteco, sin precisar los detalles.
El presidente Pérez Molina, para quien la discusión del tema en la OEA es un triunfo personal, por haber sido el principal promotor del asunto, considera que ha habido “avances importantes” desde febrero de 2012 cuando sorprendió al anunciar su disposición analizar la posibilidad de despenalizar el consumo de las drogas.
“Este es un triunfo de todos los jefes de Estado sobre un tabú, ahora se debe discutir con franqueza. Se avanzó mucho, pero tenemos que tomar decisiones regionales”, dijo el mandatario a los periodistas.
El informe de la OEA, que entre otros aspectos pide asumir el tema de las drogas como un asunto de salud pública y no solo como un tema de seguridad, y que sugiere la despenalización gradual de algunas substancias, como la marihuana, según Pérez Molina “debe trascender” y ser discutido por todos los Gobiernos.
Las expectativas del presidente guatemalteco respecto a la asamblea de la OEA, se centran en que los cancilleres “se afiancen del tema” y continúen su discusión en las próximas reuniones hasta alcanzar consensos y tomar decisiones.
O, lo que para Pérez Molina sería ideal, que la discusión, y por lo tanto las decisiones, sean elevadas directamente a la instancia de Jefes de Estado y de Gobierno.
Ambas opciones se observan lejanas en el tiempo y el espacio, debido principalmente a la oposición que Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas a nivel mundial, y con amplia influencia en la OEA, ha manifestado respecto a las posibilidades de despenalizar el consumo de drogas.
Aunque la Casa Blanca no ha manifestado aún su posición respecto a lo que se discutirá en la asamblea de Antigua, enviará un equipo de “pesos pesados” a fijar su postura al respecto.
La delegación estadounidense estará encabezada por el secretario de Estado, John Kerry, e integrada por la secretaria de Estado adjunta para Asuntos Hemisféricos, Roberta Jacobson; el encargado del Departamento de Estado para Asuntos Antidrogas, William Brownfield; y Gil Kerlikowske, el zar antidrogas de la Administración Obama.
Las primeras delegaciones que participarán en la asamblea empezaron a llegar a Guatemala este domingo, y según fuentes oficiales, más de 2.000 elementos, entre soldados, policías y agentes de la Secretaría de Asuntos Administrativos y Seguridad de la Presidencia, tendrá a su carga la seguridad del evento y los visitantes.
Además del anfitrión Pérez Molina, participarán en la reunión hemisférica los presidentes Laura Chinchilla, de Costa Rica, Danilo Medina, de República Dominicana, así como 28 cancilleres, más de un millar de funcionarios de las 36 delegaciones internacionales.
El acto de inauguración de la 43 asamblea de la OEA se realizará la noche del martes en una finca cafetalera de las afueras de Antigua, y las reuniones de trabajo el miércoles y jueves, en un hotel de esa ciudad colonial.