Fray Carmelo llegó al convento hace cuatro meses, cuando una familia de la localidad cochabambina de Quillacollo lo obsequió al religioso polaco Kasper Kapron, quien es un amante de los animales y enseña Teología en la Universidad Católica Boliviana.
“Nosotros, los franciscanos, estamos encantados con la protección de los animales y de la naturaleza, por eso todos cuidamos de Fray Carmelo”, explicó Kapron, quien llegó a Bolivia hace seis años, procedente de su natal Polonia.
El perro fue bautizado como Carmelo en honor a un párroco franciscano afincado también en Cochabamba que luchaba por la justicia y la paz, y que amaba la naturaleza como todos los frailes de la misma orden.
Los hermanos del convento también llaman Fray Bigotón a su compañero canino por los singulares pelos grises y blancos que llevan en el hocico y que se asemejan a un mostacho.
Este peculiar fraile tenía apenas un mes de vida cuando llegó al convento y para que se sienta como uno de ellos, le confeccionaron una pequeña sotana café similar a la que llevan los franciscanos.
A fines de febrero, Kapron compartió en Facebook una serie de fotografías del animalito posando con el hábito franciscano junto a otros frailes en el patio del convento.
El álbum de Fray Carmelo ha sido compartido más de dos nil 200 veces en esa red social, pero además la historia del can captó la atención de los medios bolivianos que han difundido la noticia.
Un canino singular
En todos los conventos de los franciscanos está permitido tener alguna mascota, pero Fray Bigotón es el único que lleva esta peculiar vestimenta, según el dueño del can.
El que Fray Carmelo vista un hábito conlleva un mensaje simbólico, ya que con ello buscan infundir el respeto por los animales y la vida, indicó otro franciscano que cuida del perro, Jorge Fernández.
“Se quiere transmitir el respeto a la vida, a la naturaleza, a los animales. Dios ha creado todo esto y merece su debido respeto, amor y cuidado”, manifestó Fernández.
Se trata, además, de una forma de reflejar el amor que tenía San Francisco de Asís, fundador de la orden de los franciscanos, por todos los animales, a quienes trataba como sus amigos, como lo hacen los religiosos de Cochabamba con Fray Carmelo.
Fue precisamente por ese inmenso amor que San Francisco profesaba a la fauna que en 1929, la Organización Mundial de Protección Animal resolvió declarar el 4 de octubre Día Mundial de los Animales, en coincidencia con la festividad del santo de Asís.
Como todo buen Schnauzer, Fray Bigotón es amigable e inteligente, pero además es inquieto, travieso y se divierte a sus anchas en el convento.
El perro tiene un lugar especial para dormir y también cuenta con un espacio propio en la sala donde desayunan los 18 hermanos que viven en el convento, a quienes suele acompañar en las actividades que desarrollan en el jardín.
Fray Carmelo no tiene permitido entrar a los cuartos de oración, y cuando está solo, le gusta ir a la habitación de carpintería para jugar con algunas maderas.
Mientras algunos quedaron fascinados con Fray Bigotón y con el hecho de que los franciscanos traten con cariño al animal, no ha faltado quienes criticaron a los religiosos por haberlo vestido con el hábito, al considerar que es una falta de respeto.
“No se ha querido dañar la integridad de nadie y pedimos disculpas si es que alguien se ha sentido ofendido con esta situación, pero siempre hubo una intención sana”, dijo Fernández.