Escenario

Francisco Vidargas: “Las procesiones no son estáticas”

Las procesiones forman parte de un teatro barroco que ha evolucionado a lo largo de los siglos, indica el mexicano Francisco Vidargas, subdirector del Patrimonio Mundial y Convenciones de la Unesco, quien está de visita en Guatemala.

Experto mexicano en patrimonio Francisco Vidargas está de visita en el país para dictar conferencias. (Foto Prensa Libre, Brenda Martínez)

Experto mexicano en patrimonio Francisco Vidargas está de visita en el país para dictar conferencias. (Foto Prensa Libre, Brenda Martínez)

El experto, que  vivió hace varios años en Antigua Guatemala, donde quedó admirado de los templos coloniales y del arte sacro, habló con Prensa Libre sobre imaginería y tradiciones cuaresmales y de Semana Santa.

¿Cómo está catalogada la imaginería colonial guatemalteca?

Las dos escuelas de escultura religiosa reconocidas en Latinoamérica es la de Quito —Ecuador— y la de Guatemala. Fueron las más finas en su trabajo y hechura. Los trabajos  sobre escultura tienen una problemática: no hay documentos de los artistas que los hicieron, pero hay catálogos de escultura latinoamericana que están en España, sobre todo en colecciones privadas.

¿Por qué las procesiones han subsistido a lo largo de varios siglos?

La razón importante por la que todavía existen es por las cofradías. Las procesiones actuales no son exactamente iguales a las del siglo XVII o XVIII. En ese entonces no había carros o luz eléctrica, entre otras cosas. Las cofradías han sabido evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos para que las personas de las nuevas generaciones continúen con la devoción.

También es  importante que el Estado dé las condiciones para protegerlas y que los medios de comunicación les den   difusión para que la gente tome conciencia de que  son hechos únicos. Aunque se repiten,  cada año y cada una de ellas tiene algo distinto, aunque sea mínimo. Las procesiones no son estáticas, son vivas. Son parte de esa  fiesta del barroco que vino de España. Las vestimentas, la música y la doctrina conforman escenarios teatrales.

En México no hay procesiones de preámbulo de la Semana Santa. Es un fervor al que no estamos acostumbrados, a pesar de que mi padre era imaginero; esculpió el Cristo Yacente de mi pueblo, San Miguel de Allende (Guanajuato).

¿Cuál es la imagen en Guatemala que más le llama la atención?

Jesús Nazareno de la Merced. Es una  de las tallas de la representación de Nazareno más hermosas del continente americano. Es de calidad estética como pocas.

¿Por qué los escultores actuales de imaginería religiosa no son como los de antes?

La calidad no es la misma desde hace varios siglos porque fallecieron los maestros y desaparecieron las escuelas. No todo el mundo tiene la facultad para ser buen escultor. Tiene que ver la ley de la oferta y  la demanda: si ya no hay clientes para escultura doméstica, se va perdiendo el arte.

¿Cómo se puede prevenir el tráfico ilícito de arte sacro?

Es más fácil recuperar piezas arqueológicas porque estas van a parar a museos. El arte colonial va a dar a casas, por lo que es más complicado. No se puede evitar el tráfico de  obras, pero algo que  ayuda mucho para localizarlas son los catálogos actualizados de las piezas.

El Consejo  Mundial de Monumentos tiene una lista roja que se llama Icom, que tiene identificadas obras que han sido robadas, las “boletinan” y trabajan con la Interpol para localizarlas y recuperarlas.

¿Qué papel  juegan los párrocos para salvaguardar estas obras?

En México, hay  una Comisión Nacional de Arte Sacro que trabaja con la Pontificia Comisión creada por Juan Pablo II, en el Vaticano, que trabaja con el gobierno para impartirle cursos a los párrocos para concienciarlos sobre la responsabilidad que tienen de proteger y salvaguardar el patrimonio religioso.

A diferencia de Guatemala, en México los bienes de la iglesia son patrimonio nacional. Los párrocos son custodios de lo que hay en el templo, pero eso  no quiere decir que hay aquellos irresponsables que venden obras, algo común en nuestra región.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.