Más de 4.500 menores no acompañados permanecen en 26 refugios que tiene la organización en Arizona, California y Texas, incluyendo un supermercado Walmart que fue remodelado para ese fin bajo el nombre de Casa Padre.
BBC NEWS MUNDO
Crisis migratoria: Juan Sánchez, el empresario de origen mexicano que ganó millones de dólares con la detención de niños migrantes en Estados Unidos
Juan Sánchez dirigió durante 30 años una organización sin fines de lucro que él mismo fundó: Southwest Key, que en la actualidad controla la mayor red de centros para niños migrantes detenidos en Estados Unidos.
Southwest Key fue fundada como una organización sin fines de lucro en 1987. Con el tiempo, se dedicó a albergar a niños migrantes detenidos. (Foto Prensa Libre: Getty Images)
Sánchez, un estadounidense de origen mexicano que creció en el seno de una familia pobre en Browsville, Texas, trabajó cuando era niño en el campo durante los veranos y vivió bajo duras condiciones.
En los años 70 se convirtió en un defensor de la justicia social y los derechos de la población latina.
Apodado como “El Presidente”, Sánchez dio un gigantesco salto desde el barrio en el que creció hasta la Universidad de Harvard, en la que se licenció como doctor en Educación.
“Crecí en un pueblo a lo largo de la frontera sur de Texas. Al principio me di cuenta de que los niños de color estaban sobrerepresentados en las cárceles y subrepresentados en colegios y universidades. Entonces supe que la educación era clave para crear un cambio”, escribió Sánchez.
Se hizo conocido como un joven rebelde que abogaba contra la discriminación y a favor de los derechos de la población latina en EE.UU.
Cuando regresó a Brownsville se puso a trabajar en un reformatorio juvenil creado por un sacerdote que funcionaba como una alternativa al encarcelamiento.
A partir de esa experiencia, Sánchez fundó la organización sin fines de lucro Southwest Key en 1987.
En las últimas tres décadas, “hemos ayudado a decenas de miles de niños a permanecer fuera de las cárceles y las instalaciones de detención”, ha dicho Sánchez en actos públicos.
En la medida que la organización creció, el enfoque de su trabajo cambió hacia la creación de una red de centros para menores migrantes no acompañados.
El flujo de niños indocumentados ha crecido tan vertiginosamente en los últimos años que la pequeña organización de beneficencia que fundó Sánchez terminó convirtiéndose en un imperio.
Niños separados de sus familias
Southwest Key se financia con fondos provenientes del gobierno y quedó expuesta al escrutinio público el año pasado cuando el más grande de sus centros, Casa Padre, fue duramente criticado por recibir a niños separados de sus familias en el marco de la política migratoria del presidente Donald Trump.
“Yo duermo tranquilo”, dijo Sánchez en una entrevista con la radio pública estadounidense NPR. “Si no hubiéramos recibido a esos niños, habríamos tenido que renunciar a esto”.
Cultivando su imagen de defensor de los derechos humanos, el empresario se sentía muy orgulloso de hablar sobre los principios que inspiraban su misión.
“El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”, le dijo Sánchez a la revista The Atlantic el año pasado, citando una frase del Che Guevara, cuya foto colgaba en la pared de su oficina, junto a la de Martin Luther King.
“Eso es muy significativo en el trabajo que hago”.
Sánchez aún estaba lidiando con las críticas por su rol en la política migratoria de Trump, cuando estalló un inesperado escándalo.
El periódico The New York Times denunció en uno de sus artículos que se había hecho rico gracias a la crisis migratoria de los últimos años y a su participación en presuntas irregularidades financieras.
“Ganó millones albergando niños migrantes“, señaló el periódico, agregando que el Departamento de Justicia de EE.UU. abrió una investigación sobre el caso.
Dos meses después de la denuncia, Sánchez renunció sorpresivamente a su cargo, luego de 32 años al mando de la organización.
“La incomprensión generalizada de nuestro negocio y las críticas injustas a nuestra gente se han convertido en una distracción que nuestros empleados no se merecen. Es hora de un nuevo comienzo”, señaló en una declaración pública.
BBC Mundo solicitó una entrevista con Juan Sánchez a través de su abogada, Jennifer S. Freel, quien informó que su cliente “declina hacer comentarios”.
Presunta especulación comercial
Como director ejecutivo de Southwest Key, Sánchez registró ingresos por US$3,6 millones en 2017, según la última declaración de impuestos hecha por una empresa subsidiaria de la organización.
Supuso un gigantesco aumento, considerando que en 2015 ganó US$786.222 y un año después, US$1,48 millones.
Entrevistado por BBC Mundo, el abogado Marcus Owens, exfuncionario del Servicio Interno de Impuestos de EE.UU. (IRS, por sus siglas en inglés), dice que la información operacional y financiera de Southwest Key contenida en la declaración impositiva refleja “el pago de altas compensaciones a personal clave de la organización, incluyendo a Sánchez y su esposa“.
Pero si se sumaran los beneficios recibidos en años anteriores, es probable que la suma alcance una gran magnitud.
“Es difícil calcular el monto total recibido por Sánchez basándose en el Formulario 990″, (que es el método de rendición de cuentas utilizado por las organizaciones benéficas o sin fines de lucro), explica Owens.
“Sin embargo, es probable que esté en un rango de múltiples millones de dólares“, agrega.
“Especulación parece ser una apropiada descripción del flujo de fondos hacia Sánchez y otros directivos”.
Fueron seis los líderes de la organización que ganaron más de US$1 millón en 2017, incluida la esposa del empresario, Jennifer Nelson, y la jefa de finanzas, Melody Chung.
¿Qué dice Southwest Key?
Al conocerse públicamente la información, representantes de Southwest Key argumentaron que ese dinero fue parte de un programa para financiar seguros de vida y fondos de jubilación, afirmando que no tiene relación con un aumento salarial.
Joella Brooks, ex jefa de operaciones de la organización y actual directora ejecutiva interina de la organización -que también registró ingresos superiores al millón de dólares en el último año fiscal- hizo una declaración en julio en la que anunció que Southwest Key estaba poniendo fin a ese programa, y que ella y otros líderes “acordaron devolver una parte considerable de los beneficios del seguro de vida”.
Southwest Key envió una declaración a BBC Mundo en la que se refiere a los cambios implementados por la organización tras la salida de Sánchez.
“Hemos recuperado cientos de miles de dólares de exejecutivos que nos han dejado y estamos haciendo todo lo posible para rectificar las preocupaciones sobre las compensaciones pasadas y avanzar con más transparencia”, señala la organización a través de un correo electrónico.
“Tenemos un nuevo equipo ejecutivo”, agrega la declaración, “para garantizar que nuestros modelos de compensación sean razonables y competitivos”.
En el mismo email la organización señala que está haciendo “todo lo posible para abordar los problemas relacionados con decisiones anteriores” y apunta que la nueva directiva resolvió “mejorar la supervisión y gestión”.
“Funcionaba como un banco”
Según la investigación del The New York Times, la organización “les prestó millones de dólares a empresas inmobiliarias, actuando más como un banco que como una organización benéfica tradicional”.
Consultada por BBC Mundo, la organización estadounidense CharityWatch cuestionó las presuntas prácticas de la organización.
“No creemos que las organizaciones benéficas como Southwest Key Programs deban otorgar préstamos a empresas con fines de lucro“, dice Daniel Borochoff, presidente de CharityWatch.
“Las organizaciones de beneficencia, a diferencia de los bancos, no están en una posición de tener una cartera de préstamos grande y diversificada que pueda servir como protección contra préstamos incobrables o una recesión económica”.
Otra de las denuncias hechas por el periódico, es que Southwest Key ha alquilado varios edificios donde funcionan los refugios en lugar de comprarlos, lo que sería una práctica inusual “que ha demostrado ser lucrativa para los dueños de los refugios, incluyendo a Sánchez”.
Es lo que se conoce como self-dealing o autocontratos, un esquema bajo el cual los ejecutivos de la organización habrían cobrado un alquiler pagado con fondos públicos, utilizando complejas fórmulas contractuales.
El periódico concluye que la organización “ha acumulado decenas de millones de dólares de los contribuyentes con poca supervisión del gobierno y posiblemente ha incurrido en auto-ontratos con sus máximos directivos”.
Consultado por BBC Mundo, el Departamento de Justicia de EE.UU. no se refirió al caso.
Hasta ahora se desconoce a qué se dedica Juan Sánchez. Tras su renuncia, el joven revolucionario convertido en uno de los mayores empresarios de refugios infantiles para migrantes ha desaparecido de la vida pública.
Su última declaración fue hecha el día en que abandonó el cargo, cuando dijo que su negocio era objeto de críticas injustas.
Habrá que ver si la justicia investiga las denuncias hechas contra Sánchez y si “El Presidente” ha conducido sus negocios con el mismo espíritu que lo llevó a crear la organización de beneficencia hace más de tres décadas.
Por lo pronto, el final de la historia aún no se ha escrito.