La disposición no supone una sorpresa para los establecimientos afectados.
El documento especifica como ejemplos de bebidas sujetas a la nueva regulación las bebidas aromatizadas, sean gaseosas o no, las energéticas o los concentrados de frutas y/o verduras, siempre que contengan altos niveles de azúcares.
La prohibición concierne a los profesionales de la restauración, a la hostelería y a los establecimientos destinados a la acogida, formación y alojamiento de menores.
Dentro de los perjudicados destacan los establecimientos que ofrecen el famoso free refill (relleno gratuito), lo que incluye a grandes multinacionales.
La disposición busca prevenir el sobrepeso, la obesidad y enfermedades relacionadas con el consumo elevado de azúcar como la diabetes, especialmente entre los jóvenes, y cumple con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
El Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica en Francia publicó en octubre un estudio que afirma que aproximadamente la mitad de la población francesa sufre de sobrepeso o es obesa.