Internacional

Mueren seis por caída de helicóptero con socorristas en centro de Italia

Seis personas murieron este martes tras estrellarse un helicóptero del servicio de socorro empeñado en el rescate de un esquiador en Campo Felice, en los Abruzos, centro de Italia, una tragedia que se suma a la avalancha mortal que devastó un hotel en esa región la semana pasada.

La muerte de los pasajeros ocurrió en una jornada con condiciones climáticas difíciles, sobre todo por la niebla, que afecta a esa región desde hace unos 20 días.

Seis personas murieron en el accidente. Los equipos de rescate hallaron sus cadáveres desperdigados entre la nieve, precisó a la  AFP  el vocero de la policía de la ciudad de LAquila.

El aparato no formaba parte del equipo de socorristas empeñado en el vasto dispositivo de emergencia dispuesto tras la nevada histórica de la semana recién pasada, el terremoto y la avalancha mortal del miércoles que se cobró ya 15 muertos.

Desde hace una semana miles de militares, bomberos, alpinistas, voluntarios de la protección civil han sido movilizados en camiones, helicópteros y numerosos medios a esa región montañosa, a unos 150 kilómetros de Roma, azotada por una serie de calamidades naturales.

Las nevadas aislaron localidades enteras, dejándolas sin electricidad y con las carreteras cerradas, por lo que muchos animales fueron abandonados así como las granjas de vacas lecheras y ovejas.

A todo ello se suma el peligro de que se registren inusuales inundaciones con el aumento en los últimos días de la temperatura.

Del otro lado de la cordillera de los Apeninos, a unos 120 kilómetros del accidente del helicóptero, los equipos de socorristas siguen excavando día y noche en una carrera desesperada para intentar encontrar personas con vida bajo los escombros del hotel Rigopiano.

Se excava día y noche –

Tres cadáveres más fueron recuperados este martes entre los escombros del hotel devastado por la avalancha de nieve.

Mientras, el número de víctimas se elevó a 15, el de desaparecidos es de 14 hasta el momento.

Paralelamente se celebraron los primeros funerales en Farindola, la localidad más cercana al hotel de los Apeninos, en un clima de tristeza e impotencia.

Vamos a dejar de buscar sólo cuando tengamos la seguridad de que no hay nadie bajo los escombros, prometió a la prensa Luigi DAngelo, entre los responsables de la protección civil.

Estamos por derruir el corazón de la estructura, la zona comprendida entre la cocina, el bar y el vestíbulo. Se continuará hasta que encontremos a todos, explicó.

Los socorristas están derribando el muro espeso que separaba la cocina del bar del hotel, donde estiman que se encontraba un grupo de huéspedes.

Después de las esperanzas suscitadas por el hallazgo el viernes de nueve supervivientes tras 48 horas bajo el frío, así como el descubrimiento con vida el lunes de tres cachorros de perros, la posibilidad de encontrar personas con vida disminuye con el paso de las horas, ya que los socorristas comienzan a extraer sólo cadáveres.

En Farindola, a pocos kilómetros del hotel, varias decenas de personas asistieron bajo la lluvia al funeral de Alessandro Giancaterino, 42 años, el jefe de los meseros, entre los primeros hallados, hermano del ex alcalde de la ciudad, Massimiliano Giancaterino, quien autorizó hace 10 años la remodelación y ampliación del hotel, hoy en día fuertemente cuestionada por su localización.

En Penne, otra localidad cercana al hotel de lujo devastado, se celebrará este martes el funeral de Gabriele DAngelo, un mesero de 31 años de edad, otro trabajador de la localidad de montaña, en el parque del Gran Sasso.

La justicia italiana abrió una investigación por homicidio con el fin de establecer si se hubiera podido evitar la tragedia y si hay responsables de ello.

En una conferencia de prensa celebrada el lunes, la fiscal de Pescara, Cristina Tedeschini, explicó que hubo una cadena de ineficiencias e interferencias en la comunicación entre los responsables de encarar la emergencia.

Sin embargo, la magistrada reconoció que todavía no se puede determinar si una mejor organización hubiera podido salvar vidas.

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