Un crédito de carbono reduce emisiones de gases de efecto invernadero y es equivalente a una tonelada de CO2.
GUATE CARBÓN trabaja en la reserva de la biosfera maya que está impulsado por las Consesiones Nacionales de Petén y el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP).
Por lo tanto son dos proyectos que se están apoyando, con la Asociación de Comunidades forestales de Petén y otro la Costa de Conservación ubicada en Izabal con FUNDAECO.
Comercialización
Los bonos se comercializan en un mercado de carbono y los créditos son adquiridos por empresas, personas o instituciones que por filantropia quieren hacer un aporte para contrarrestar los efectos del cambio climático, son empresas que tienen políticas de responsabilidad social y ambiental muy desarrolladas, como Nike, Unilever, FIFA, Disney, son ejemplo de grandes empresas internacionales que compran estos créditos con el fin de apoyar los esfuerzos mundiales de detener el cambio climático.
Ambos proyectos tienen disponibles 700 mil créditos de carbono pero deben estar certificados y validados por un ente internacional, como AENOR que es la agencia española de normalización quienes certifican esos créditos y con ello los 700 mil créditos se ponen a la disposición.
Al provocar la deforestación se emiten esos gases y el proyecto lo que hace es reducir la deforestación, entonces “yo estoy reduciendo las emisiones de C02 y se convierte es igual a un crédito de carbono”, dijo Villegas.
El precio de un bono de carbono es muy variado y depende mucho del compromiso que tenga la empresa, pero oscila entre US$3 y US$4 como precio mínimo e incluso puede llegar a US$10.
Los que proponen los proyectos son quienes comercializan los bonos de carbono. Al asesorar técnicamente y promocionalmente al proyecto REDD+GUATECARBON en la Reserva de Biósfera Maya, con esto se cambió la vida de 1 mil 500 familias cubiertas por REDD+, resaltó la especialista de econegocios, Fanny Ramos.
Emprendimientos verdes
Durante 3 años, Agexport impulsó emprendimientos verdes en el área rural, proyectos de servicios ambientales y la gestión ambiental del sector exportador, fortaleciendo Eco-empresas, para que contribuyeran al uso sostenible de los recursos naturales, implementando acciones de mitigación al cambio climático y al mismo tiempo generando ingresos y empleos.
Esto fue posible al ejecutar, a nivel nacional el proyecto regional “Gestión Ambiental y Producción Sostenible en Áreas Protegidas, Tierras Campesinas y Territorios Indígenas (PROAMBIENTE) 2014-2016”, financiado por la Embajada de Dinamarca.
Como parte del proyecto se diseñó un modelo de eco empresa con el que se consolidaron 18 eco-empresas, ubicadas en Izabal (Área Protegida de Cerro san Gil), Petén (Reserva de Biósfera maya), Quiché y Sacatepéquez, dedicadas a la agroforestería, turismo sostenible, artesanías y vegetales de exportación, implementando actividades de desarrollo empresarial sostenible para el fortalecimiento técnico, comercial y de gestión ambiental.
“Se alcanzaron a 1 mil 714 productores y prestadores de servicios turísticos, generando alrededor de US$995 mil 721 en ventas de productos y servicios. Indicó el Director de la División de Desarrollo de Agexport, Iván Buitrón.