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La sencilla (y no tan linda) estantería de Ikea que se convirtió en un ícono de la economía

Hay productos que cambian una industria: el Windows de Microsoft revolucionó el mercado del software en 1985 y la introducción del iPhone en 2007 transformó radicalmente nuestro concepto del teléfono. 

En la industria de los muebles – que mueve cerca de US$455 mil millones año-, uno de esos productos es la estantería Billy, de la empresa sueca IKEA, que patentó para siempre la idea de vender cajas planas con las partes desarmadas y listas para ser ensambladas por el cliente.

Y las cifras parecen confirmar que se trató de un concepto exitoso: el producto base, una estantería de madera con seis repisas para poner desde libros hasta antigüedades, ha vendido hasta ahora unos 60 millones de unidades alrededor del mundo.

Fue diseñada en una servilleta por  Gilles Lundgren hace 37 años y ahora se calcula que hay una estantería Billy por cada 100 personas en el planeta.

Un ritmo de ventas que requiere una producción de una biblioteca cada tres segundos en la planta de IKEA en Kättilstorp, en el sur de Suecia.

La estantería Billy “es un objeto atemporal, práctico y que ha demostrado ser confiable, a pesar de su precio accesible”, opina el corresponsal en temas económicos de la BBC, Tim Harford,

“Es el paradigma del producto bueno, bonito y barato”.

Y es tan popular que hasta tiene su propio “índice Billy” para comparar entre países: en Egipto cuesta cerca de US$100, mientras que en Eslovenia sólo unos US$40, que es el valor promedio en las tiendas de IKEA alrededor del planeta.

El origen de Billy

El origen de la reconocida estantería refleja mucho del espíritu del fundador de la empresa sueca,  Ingvar Kamprad, quien en una entrevista aceptó que conducía un Volvo de segunda mano y compraba su ropa en un mercado de baratijas.

El concepto de la estantería Billy fue similar al estilo de vida de Kamprad: fue pensada para reducir costos.
Al principio, IKEA funcionaba como empresa que vendía muebles por catálogos desde la década del 50.

Sin embargo, a mediados de los años 70, otras empresas en el mismo sector entraron a competir con Kamprad, lo que desató una guerra de precios.

En su búsqueda para reducir costos, el empresario se dio cuenta de que quitándole las patas a una de sus mesas, lograba optimizar espacio en el transporte y en el almacenamiento.

Eso condujo entonces al concepto que ha hecho famoso a IKEA: las cajas planas que contienen las partes de los productos para que sea el cliente quien los arme en casa. Y el diseño de  Lundgren en una servilleta se convirtió en el ícono de esa estrategia.

“Se dio cuenta que lo que él hacía con sus muebles, venderlos ensamblados, era lo mismo que comprar comida en el supermercado y traer un chef para cocinarla”, señaló Harford.

La idea de las cajas planas suponía un ahorro que iba en cadena: se ahorraba el costo del ensamblaje y luego sólo se precisaba la mitad de los camiones para transportar mercancía y la mitad de las bodegas para almacenarla.

 Los precios también se redujeron y l o s pedidos se multiplicaron.

Desde la aparición de Billy (bautizada así por el jefe de publicidad de IKEA en ese tiempo,  Billy Likjedhal), la empresa pasó de vender productos de catálogos a tener 392 tiendas en 48 países.

Y el método de diseñar para ahorrar costos se sigue aplicando a todo nivel, incluso para abaratar el valor de la propia Billy que se ha reducido en un 40%. Pequeñas pero sustanciosas modificaciones en su diseño han permitido más espacio para almacenamiento y transporte.

La clave del éxito

Pero una cosa es diseñar una estrategia de producción y otra muy distinta es lograr que tenga éxito en ventas que se sostengan en el tiempo.

Para Harford, además de combinar aspectos de precio y calidad, otro de los factores clave para el éxito de este ” producto emblema” ha sido su diseño.

“La estantería Billy, gracias a su concepto, ha tenido la suerte de ser aceptada incluso por  la clase de clientes que no gustan de los productos en serie”, señaló el periodista de la BBC.

Por su parte, para la experta en diseño de la revista House Beautiful, Sophie Donelson, algunas de las principales características que hacen exitosa a Billy son su diseño “sin pretensiones, que cabe en todas parte y que es moderno sin mucho esfuerzo”.

Pero más allá de su diseño, si hablamos en términos de dinero, Billy es el paradigma de los productos que son bonitos, buenos y baratos.

“Se empeñaron en hacerlo un producto que fuera accesible y duradero a la vez, dos características muy difíciles de encontrar en el mercado actualmente y mucho más en uno como el de los muebles que mueve tantos millones al año”, concluyó Harford.

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