¿Quién vestiría a la nueva primera dama de Estados Unidos? Fue una interrogante que causó polémica en las últimas semanas, especialmente cuando un grupo de diseñadores se negó a vestir a la esposa de Donald Trump, la exmodelo Melania Knauss.
La mirada ha estado puesta en ella, pues deberá mantenerse a la altura de su antecesora Michelle Obama, quien durante sus ocho años en la Casa Blanca se convirtió en un ícono de la moda. Además, como exmodelo se espera que marque tendencia con su estilo. ¿Podrá lograrlo? Parece que sí.
En la investidura presidencial, Melania Trump lució una creación del diseñador estadounidense diseñador Ralph Lauren, quien también la vistió la noche del triunfo del candidato republicano.
Al acto llegó con un elegante vestido en tono babyblue, con el que revivió el famoso estilo de Jacqueline Kennedy, considerada una de las primeras damas más elegantes de Estados Unidos.
El traje de cachemir hasta la rodilla hacía juego con una chaqueta cruzada de cuello redondo con corte a la cintura. Complementó con guantes de gamuza del mismo color, un accesorio de “extrema elegancia” y adecuado para el clima de Washington, según la guatemalteca experta en imagen Brenda Sanchinelli.
En un guiño al pasado, Melania llevó el pelo recogido y pendientes de diamantes.
“Lució discreta, sobria y elegante, muy al estilo que utilizó Jackie Kennedy en 1961, cuando su esposo tomó posesión”, dijo Sanchinelli.
Donald Trump no desentonó con la elegancia de su esposa, portó un traje azul marino impecable, con camisa blanca y su tradicional corbata roja que lo caracterizó en toda su campaña, como símbolo de poder, resaltó la experta. Como complemento, un abrigo también azul marino.
La pareja presidencial saliente no se quedó atrás. Michelle Obama, como siempre mostró su elegancia y sobriedad. Vistió un traje corinto tejido con remates negros y un pequeño cinturón, con una falda en corte A, que la hizo lucir una silueta más balanceada. Llevó joyería pequeña y el cabello recogido.
Barack Obama utilizó un traje azul marino, camisa blanca y corbata azul celeste.
La víspera del gran día
La ahora pareja presidencia llegó a Washington para acudir a un acto en homenaje a los excombatientes, en el Cementerio Nacional de Arlington.
Como establece el protocolo, la esposa de Trump vistió un traje negro de dos piezas en color negro y con falda ajustada por debajo de la rodilla, creación de la hispana Norisol Ferrari. Uso una chaqueta con botones al frente, que según la experta, la mostró como una mujer elegante y sobria. Guantes negros y zapatos en juego complementaron el atuendo. El cabello suelto logró relajar su imagen.
Sin embargo, la exmodelo de 46 años fue ferozmente criticada en las redes sociales por aparecer malhumorada, y en ocasiones esconderse detrás de unas gafas oscuras al llegar a Washington procedente de Nueva York.
Trump optó por un elegante traje oscuro con camisa blanca y corbata azul celeste. Con una gabardina negra.
Quien llamó la atención y recibió halagos fue Ivanka, la hija de 35 años del ahora presidente, quien portó un diseño de Carolina Herrara, un vestido con abrigo cascada ambas piezas en tono verde, considerado el color del 2017.
Por la noche, en la Cena a la Luz de las Velas en Union Station, Melania eligió al diseñador libanés Reem Acra para vestirla. Llevó un vestido largo de gala color nude con tejido de paillettes. A criterio de Sanchinelli, lució clásica y elegante, y el diseñó le permitió mostrar su figura, además era muy apropiado para ese evento. “El cabello suelto le hacía lucir muy sensual y juvenil”, dijo.
Por su parte, su esposo llevó un smoking negro como lo requiere el código de etiqueta de un evento de gala de esa índole.