Los enemigos del corazón

En su labor de dar vida, el corazón debe enfrentar dificultades que el ser humano facilita con un estilo de vida irresponsable.

El corazón es el super héroe que nos mantiene con vida. Es la estructura más importante del sistema circulatorio y actúa como una bomba que impulsa la sangre por todo el organismo. De esta manera el oxígeno y los nutrientes llegan a todos los órganos y tejidos. Es el músculo que realiza más trabajo físico en el cuerpo. Al bombear la sangre con una velocidad de 1,6 metros, el corazón humano genera energía como para desplazar un vehículo durante 32 kilómetros. Según datos de la Fundación Española del Corazón, este bombea 5 litros de sangre cada minuto. Y como todo héroe, el corazón también tiene enemigos que buscan acaban con él. Entre los más mortales, el cardiólogo Herbert Vides señala al tabaquismo, el colesterol y el sedentarismo. Sus letales características son las siguientes: Tabaquismo
  • El tabaco mata a más personas que si se juntan a todas las muertes por VIH, alcoholismo y accidentes de tránsito de todo el mundo.
  • Una de cada cinco personas muere por causas asociadas al tabaquismo.
  • Sus toxinas son las que lo hacen tan letal. Contiene más de 70 sustancias asociadas al cáncer, entre ellas:
  1. Nicotina
  2. Alquitrán
  3. Monóxido de carbono
  4. Acetona
  5. Naftalina
  • El tabaco reduce la esperanza de vida como mínimo 10 años y triplica el nivel de estrés que se vive en el trajín diario.
  • La nicotina tiene un efecto vaso constrictor, es decir que reduce el diámetro de los vasos sanguíneos, por lo tanto, dificulta la circulación.
  • El tabaco también reduce las concentraciones de colesterol bueno e incrementa las de colesterol malo.
  • Este vicio también favorece la concentración de los coágulos en la sangre.
  • Dejar de fumar aumenta la esperanza de vida si se logra abandonar este peligroso vicio antes de los 40 años.
Colesterol
  • La obesidad predispone y facilita el desarrollo de diabetes.
  • Las personas obesas manejan cantidades altas de lípidos y triglicéridos en la sangre. Esto hace que sean propensos a sufrir un ataque cardíaco.
  • La obesidad también predispone al ser humano a padecer de hipertensión arterial.
  • Tener un abdomen prominente es sinónimo de acumulación de grasa en el abdomen. Esto libera ácidos grasos en la sangre, en exceso, lo cual afecta al metabolismo del hígado. Esto a su vez, afecta la capacidad de los tejidos de responder a la insulina, lo cual aumenta los niveles de azúcar en la sangre. Esto, a su vez, daña la capa más interna de los vasos sanguíneos y los endurece. Esto dificulta el paso de la sangre y aumenta el riesgo de sufrir una obstrucción arterial.
Sedentarismo
  • La nula actividad física genera obesidad y la obesidad predispone al ser humano a sufrir un infarto.
  • Un corazón que no está acostumbrado a la actividad física no podrá responder a una situación de estrés o de mucha actividad y podría colapsar.
  • Una persona obesa tiende a acumular más sustancias inflamatorias y dañinas para el corazón.
  • Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir hipertensión y enfermedades respiratorias.
  • Asimismo, es más propensa a sufrir arterioesclerosis, una afección en la cual se acumula placa dentro de las arterias. La placa es una sustancia pegajosa compuesta de grasa, colesterol y calcio, entre otras substancias que se encuentran en la sangre.
La cura El cardiólogo Herbert Vides resalta que la manera de proteger al corazón contra estos ataques es un verdadero cambio de vida. “Ya lo dijo Albert Einstein ‘locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo’. Cambiar radicalmente el estilo de vida y los hábitos dañinos es la única manera de escapar de un fatal destino”, finaliza el experto. Fuentes: doctor Herbert Vides, asesor médico de la división de Consumo de Laboratorios Bayer para Centroamérica y el Caribe., herbert.vides@bayer.com. Fundación Española del Corazón. Revista Muy Interesante.

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