Pero el último intercambio de declaraciones podría sugerir que Pyongyang y Washington están probándose antes de la toma de posesión del presidente electo el próximo 20 de enero.
Una prueba exitosa de un ICBM supondría un gran paso adelante para Corea del Norte y una seria preocupación para Washington y sus aliados. Kim Jong Un anunció en su discurso de Año Nuevo que ese país había alcanzado las “últimas fases” de desarrollo del misil.
El propio Trump respondió dos días más tarde con un tuit diciendo que la posibilidad de que el Norte desarrolle un arma nuclear capaz de alcanzar Estados Unidos “íno va a suceder!” .
La agencia de noticias estatal KCNA citó a un portavoz del Ministerio de Exteriores norcoreano que el domingo dijo que Pyongyang se reserva el derecho de realizar una prueba cuando lo considere oportuno.
“El ICBM se lanzará en cualquier momento y en cualquier lugar determinado por el liderazgo de la DPRK”, dijo el vocero, no identificado, según fue citado. DPRK en inglés del nombre oficial del partido, República Democrática de Corea.
Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ash Carter, dijo también el domingo en el programa de televisión “Meet the Press” que el desarrollo de armas nucleares y misiles en Corea del Norte es una “seria amenaza”.
El ejército derribará cualquier misil norcoreano que parezca dirigirse a territorio estadounidense o de sus aliados, agregó.
Más allá de la retórica, el reporte de KCNA sugirió sin embargo que Pyongyang espera que Trump adopte un nuevo enfoque en las relaciones entre ambos países.