DEUTSCHE WELLE

La prensa en alemán: Amazonas, Mercosur y las lágrimas de cocodrilo

¿A quién pertenece la selva tropical?, pregunta un editorial que tematiza los límites que pone la destrucción del Amazonas. La prensa convoca a Berlín a tomar una postura clara y dejar las “lágrimas de cocodrilo”.

Berlín debe tomar posición en contra del acuerdo UE-Mercosur

Der Tagesspiegel, de Berlín: “En vista de la declaración de Macron de que la región amazónica es ‘propiedad común’ y su advertencia de que ‘nuestra casa está en llamas’, Bolsonaro lo acusó de ver la selva tropical como una colonia o tierra de nadie. A lo que el jefe de gabinete de Bolsonaro, Onyx Lorenzoni, replicó: ‘Macron ni siquiera logra evitar un incendio en una iglesia que es parte del Patrimonio Cultural’. Bolsonaro se burló además, de que la esposa de Macron tuviera 24 años más que el francés, mientras la suya es 26 años más joven.

Lo que parece una farsa, en realidad tiene consecuencias fatales: Bolsonaro, quien ve a Donald Trump como un modelo a seguir, asume una postura de terquedad. Se plantea la cuestión de si Bolsonaro, después de la extinción de los incendios, va realmente a cumplir con las obligaciones internacionales de conservación forestal.

‘La crisis ambiental muestra que sus consecuencias le pueden poner limitantes a la soberanía’, escribe el periódico Folha de Sao Paulo. Al igual que Trump, que ha renunciado al Acuerdo Mundial sobre el Clima de París, Bolsonaro no está interesado en soluciones comunes. Se ha comprometido – en el papel – a que la deforestación, la tala y quema ilegales se reducirán a cero para 2030. Pero, hasta ahora, le deja hacer al lobby agrícola lo que quiera.

Esto aumenta la presión sobre el gobierno alemán de Angela Merkel, que no asume aún una postura clara. Por lo menos, la ministra de Medio Ambiente, la socialdemócrata Svenja Schulze, ha demostrado claridad congelando proyectos climáticos por un volumen de 35 millones de euros. Christoph Stolper, vicepresidente de la Alianza para la Protección del Medio Ambiente y la Naturaleza de Alemania, pide cancelar el acuerdo de libre comercio UE – Mercosur. ‘El acuerdo sería como gasolina para el Amazonas’, dice Stolper, ‘porque impulsa las exportaciones de soja y carne de res, ‘que ya están destruyendo los bosques tropicales’. Berlín debe posicionarse claramente en contra del acuerdo, ‘en lugar de derramar lágrimas de cocodrilo’.

De igual a igual

Der Standard, de Viena: “Para lograr que Bolsonaro cambie su política contra el Amazonas, hay que tomarlo en serio, desarmarse verbalmente y enfrentarlo en igualdad de condiciones. Una invitación espontánea sería un buen comienzo. Como se hizo con Irán”.

¿Luz verde a la mafia agrícola?

Die Welt, de Berlín: “La UE negoció durante 20 años un acuerdo con Mercosur. Pero los incendios forestales hacen cada vez más improbable que entre en vigencia.  En la cumbre del G-7, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció formalmente que no ratificará el acuerdo en su forma actual, si Brasil no protege efectivamente el medio ambiente.

Irlanda y Luxemburgo se han sumado a la postura de París. Finlandia propuso incluso un veto a todos los productos agrícolas de Brasil. La portavoz agrícola de la nueva fracción liberal “Renovar Europa” en el Parlamento Europeo, Ulrike Müller, cuenta con rechazo del acuerdo con Mercosur en Estrasburgo. El presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk, también es escéptico: ‘Es difícil imaginar un proceso de ratificación sin sobresaltos, mientras el gobierno brasileño permita la destrucción del pulmón verde del planeta’.

‘El Amazonas está en llamas porque la mafia agrícola de Brasil así lo quiere, y porque Europa quiere abrir nuevos mercados para sus productos’, critica la Unión de Conservación Alemana (DNR) y pide una prohibición de las importaciones de productos agrícolas brasileños, especialmente soja, carne y etanol. El DNR reúne a las organizaciones alemanas de protección del medio ambiente, la fauna y la flora. El WWF también ve el cultivo de soja en la selva como un problema importante porque la soja llega a Europa en grandes cantidades como alimento para cerdos, pollos y peces. De hecho, la UE importa anualmente unos 14 millones de toneladas de soja para alimentación animal y producción de leche de soja. Hasta hace poco, más de dos tercios provenían de Brasil”.