Algunas personas y parejas que deciden no tener descendencia argumentan que no quieren dedicar tiempo, dinero o energía a la crianza de hijos. Otras, atribuyen esta elección a frenar la sobrepoblación mundial o la dura realidad del mundo en la que deberá vivir ese niño.
Cuestión de criterios
“Me parece que es un tema de responsabilidades. En mi opinión, es más acertado que una persona decida vivir sola y no tenga hijos, que alguien que considera que los puede tener pero no los pueda mantener. Una cosa es la concepción y otra, la manutención. No siempre los bebés vienen con el pan bajo el brazo como muchos esperan que suceda”, indica el sociólogo Otto Rivera, quien refirió que en Guatemala dentro de las 11 tipologías de familia se incluye la de hombres y mujeres viviendo solos o en pareja, pero sin hijos.
Existe una mentalidad centrada en el exceso de las dificultades, y todo lo que puede salir mal. Las personas se sienten inseguras de su capacidad para proveer, proteger y, sobretodo, para criar, explica el psicólogo clínico Andrés Asturias.
También pueden existir temores reales o irracionales que “infertilizan” a la pareja psicológicamente, y los imposibilitan desear un hijo.
Entre más alto es el nivel de formación académica, menor o ninguno será la cantidad de hijos que tenga —al ser más conscientes de cubrir sus necesidades—, en especial, las mujeres, quienes prefieren realizarse en el aspecto profesional, académico y laboral, dice Rivera.
Pero la presión social no se hace esperar. “Bajo la premisa religiosa ‘Dios proveerá’, los grupos ultraconservadores del país no permiten la planificación familiar”, añade Rivera, sin tomar en cuenta los recursos de la pareja o la salud de la madre.
Percepción social
“La maternidad es vista como símbolo de feminidad porque es una diferencia esencial entre los sexos. Por mucho tiempo, la fertilidad ha sido altamente apreciada culturalmente”, dice Asturias.
Critican a la mujer que prioriza su trabajo, viajes o pasatiempos en lugar de tener hijos, pero no necesariamente tiene que pasar por la maternidad para sentirse realizada. La sociedad crea estereotipos, dice Rivera.
A quienes apoyan el movimiento childfree también se les ha tildado de egoístas. “Se resisten a tener hijos no por egoísmo. En cierta medida son empáticos, pues no quieren que sus hijos sufran, pero con ello también evitan lo positivo que les depara la vida”, dice Asturias.
Con relación a que personas piensan que no vale la pena traer hijos a un mundo tan degradado como el actual, Asturias expone que esta puede ser una creencia polarizada, pues se les olvida que la vida y el mundo también pueden ofrecer a sus hijos experiencias maravillosas. “Los hijos pueden dar aceptación, comprensión y apoyo a los padres. También pueden ser una fuente de sentido de vida, de anhelos altruistas y de don de sí”, añade.
Polémica portada
La revista Time abordó este controversial tema en la portada de su edición de agosto del 2013, al asegurar que en la actualidad las mujeres que eligen no ser madres ya no son vistas de reojo por tomar esa decisión, tal como sucedía en el pasado.
“Estas mujeres están inventando un nuevo arquetipo femenino, según el cual tenerlo todo no requiere necesariamente tener un bebé”, se señaló en esa publicación, cuyo titular fue “Childfree: teniéndolo todo sin tener hijos”.
“Las principales razones que llevan a las mujeres a no tener hijos es que aman sus vidas como son, disfrutan de la intimidad de sus matrimonios y los logros de sus carreras. Aunque temen que a sus seres queridos les preocupe que envejezcan sin descendencia, saben que toman la decisión correcta”, se indicó.