En vez de regresar para buscar su documento, Reisch recordó que podía acceder a una fotocopia de su pasaporte a través de su iPad y decidió probar su suerte en la frontera armado simplemente con la copia digital.
“Cuando expliqué mi historia al agente estadounidense, me miró de forma indiferente. Era un agente bastante serio”, declaró Reisch al periódico Montreal Gazette.
Pero en vez de impedir su acceso al país, el agente agarró la tableta y verificó los datos.
“Supongo que me buscó en el ordenador y vio que no soy un criminal ni un terrorista”, añadió Reisch que trabaja como fotógrafo.
Así que, a pesar de que ni Estados Unidos ni Canadá admiten copias de pasaportes para viajar entre los dos países, el agente fronterizo permitió a Reisch que continuara el viaje.
“Espero que la principal consecuencia de esto sea que se convierta en un catalizador para cambiar las reglas”, señaló Reisch.