VENTANA
Nueva era de la justicia
Guatemala quiere renacer. “Pero es preciso que muera el viejo sistema corrupto que ha carcomido las instituciones del Estado”, afirmó el Clarinero. En mi opinión, quienes han marcado el paso de manera ejemplar, para forjar una nueva Guatemala, es la fiscal general Thelma Aldana, con el apoyo de Cicig y la ciudadanía chapina. La fiscal no dudó en conducir a la justicia al expresidente Otto Pérez Molina. Su frase es para la historia: “Le juré lealtad a la Constitución, no al presidente”. Ojalá magistrados y jueces emulen su ejemplo.
El año 2017 será crucial en el combate a la corrupción en Guatemala. Lo manifestó el comisionado Iván Velásquez en un tweet: “Para que la lucha contra la impunidad sea exitosa, es indispensable combatir ya, radicalmente y sin descanso, la corrupción judicial”. La primera victoria en este proceso de renovación del Estado será propiciar una nueva era de la justicia en el país. Se sabe que el crimen organizado se ha reagrupado y hará lo imposible para que la desarticulación de sus agrupaciones no continúe. El MP anunció que, en este año, serán reveladas nuevas estructuras criminales que involucran a varios partidos políticos, y a exfuncionarios del gobierno en relación con el caso de la constructora brasileña Norberto Odebrecht.
La fiscal Thelma Aldana declaró recientemente: “Todavía no sabemos a qué personas va a abarcar, lo que sí les puedo manifestar es que trabajamos con objetividad, transparencia y no excluimos a nadie”. El Periódico, 23.12.16. La constructora Odebrecht aceptó en una corte de Estados Unidos haber pagado más de 500 millones de dólares en sobornos para asegurarse contratos de obra pública en África y en los países de América Latina, entre ellos Guatemala. En Guatemala suscribió un contrato por 400 millones de dólares para ampliar la carretera de dos a cuatro carriles de Cocales, Escuintla, hasta Tecún Umán, San Marcos. La empresa trabajó una tercera parte del tramo de los 146 kilómetros del contrato y gastó el 70 por ciento de su costo.
Este gigante de la construcción internacional manejaba a nivel global un modelo hábil y corrupto para adquirir contratos e influenciar en licitaciones de manera anómala. Seleccionaba países con estados débiles como el nuestro. Sobornaba a los cabecillas de los partidos políticos de turno. El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), de Brasil, participaba en su modelo financiando los proyectos. Lo que Odebrecht no esperaba era que, a partir de las investigaciones del MP y Cicig en el 2014, saldría a luz la millonaria red de corrupción que incriminaría a la Casa Presidencial y al Congreso.
Para sacar a Guatemala del listado negro de países con estados débiles y corruptos, es preciso que los guatemaltecos reconozcamos el papel heróico que ha jugado y jugará el sistema judicial. Es fundamental su independencia y transparencia. El Organismo Judicial es nuestra punta de lanza. Desde aquí se ha iniciado el arduo y complejo proceso de cambiar a Guatemala. En lo personal, creí que los cambios se lograrían desde el Ejecutivo, desde la presidencia. Pero me equivoqué. La nueva era para nuestra historia viene del lado moral que se ha transformado en ley; es el sistema de justicia el que puede abrir una nueva etapa para Guatemala.
¡Feliz Año!
clarinerormr@hotmail.com