Como es habitual, las autoridades mantuvieron en reserva a cuánto asciende el presupuesto y solo se detalló que crece un 11% respecto al ejecutado en el 2016.
Además, hoy se aprobó por unanimidad una ley que prohíbe el uso del nombre de Fidel Castro en espacios públicos y utilizar su imagen para erigir monumentos, de acuerdo a la voluntad del expresidente, fallecido el pasado 25 de noviembre, y quien pidió “evitar toda manifestación de culto a la personalidad”.
Según la ley, “como expresión de la voluntad y la ética política que siempre acompañó a Fidel, se prohíbe emplear su nombre para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares públicos, así como también cualquier tipo de condecoración, reconocimiento o título honorífico”.
También se impide “utilizar su imagen para erigir monumentos, bustos, estatuas, tarjetas conmemorativas y otras formas similares de homenaje”, así como el uso de la figura del mandatario “como marca u otro signo distintivo, nombre de dominio o diseños, con fines comerciales o publicitarios”.
Cuba entró en recesión en el 2016 por primera vez en 23 años al decrecer un 0.9%, según el informe ofrecido hoy por el Gobierno en la última sesión anual de la Asamblea cubana.
El dato económico lo anunció el ministro de Economía y Planificación de la isla, Ricardo Cabrisas, quien indicó que el producto interno bruto (PIB) decreció 0.9% -por debajo del 1% previsto- y avanzó que el país aspira a crecer 2% en el 2017.
Es la primera vez que la economía cubana decrece desde 1993, cuando el país caribeño enfrentó una grave crisis de varios años por la caída de la Unión Soviética y la consiguiente retirada de los subsidios de ese bloque a la isla.
En esta ocasión Cuba también ha sido arrastrada hacia la recesión por otro país, en este caso Venezuela, que por sus problemas internos ha recortado los elevados envíos de petróleo subsidiado a Cuba y reducido también los pagos por exportación de servicios profesionales desde la isla.
El propio presidente cubano, Raúl Castro, reconoció este martes en su discurso de cierre de la Asamblea (Parlamento unicameral) los problemas económicos que encara la isla, llamó a la austeridad y subrayó la importancia de atraer inversiones extranjeras para cimentar la economía.
El mandatario no se refirió al deshielo diplomático con Estados Unidos iniciado en el 2014, pero sí mencionó los efectos negativos del embargo que ese país mantiene sobre la isla, lo que “impide llevar adelante potenciales negocios”.
Castro confió en que el país alcance un PIB del 2% en el 2017, para lo cual, dijo, es necesario garantizar las exportaciones y su cobro oportuno, incrementar la producción nacional para sustituir importaciones, reducir los gastos no imprescindibles y usar racional y eficientemente los recursos.
También llamó a dinamizar la inversión extranjera en la isla, cuyo ritmo consideró aún insuficiente y en la que “han sido frecuentes las dilaciones excesivas en el proceso negociador”.