El encuentro, un compromiso pendiente del club catalán con el que ha sido su patrocinador principal los últimos cuatro años, tuvo muchos goles, pero poca tensión competitiva y aún menos historia.
Salió el Bara casi con todo su equipo titular, incluido su famoso tridente, aunque la MSN solo estuvo media hora sobre el césped del estadio Al-Gharafa. No necesitó más.
A los 17 minutos de juego ya habían marcado los tres. Primero Luis Suárez, quien rozó ligeramente con la espalda un centro de Messi que acabó en gol, después el propio Messi, que fusiló a Mosailem para finalizar una jugada que
Los tres cracks azulgranas fueron sustituidos poco después. El Bara, ya con todo el trabajo hecho, quitó el pie del acelerador y el Al Ahli se fue soltando poco a poco hasta amenazar la portería defendida por Cillessen.
El peligro local en el primer acto lo llevó casi siempre Al-Moasher, el hombre más incisivo del conjunto catarí, aunque Al-Jassim, en una vaselina que repelió Cillessen, y Al-Soma, que cruzó demasiado el balón tras plantarse solo ante el meta azulgrana, también rondaron el gol.
También Alcácer, a quien Mosailem le sacó con la puntera un remate forzado. El delantero español tendría que esperar a la reanudación para estrenar su cuenta como azulgrana, aunque fuese en un partido no oficial.
La segunda mitad empezó con un penalti inexistente de Masip que se encargó de transformar, a lo Panenka, Abdulrahman, considerado uno de los futbolistas más talentosos de Asia y que, pese a jugar en la Liga de los Emiratos rabes, hoy viajó a Catar, como estrella invitada, para medirse al Barcelona.
Alcácer, que cabeceó un centro de Rakitic, y Rafinha, en una gran jugada personal, pusieron el 1-5 antes de la hora de juego y, como ocurrió en la primera mitad, el Bara se dejó a ir entre tanto cambio, la intrascendencia del choque y lo abultado del marcador.